Arte: arquitectura
El Coliseo romano: ¿Qué era y para qué se utilizaba?
A pesar de que hoy en día se encuentra en ruinas nos sigue impresionando por su gran tamaño y belleza. Desde 2007, está considerado una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
Una de las civilizaciones más importantes de la Antigüedad fue la romana. Durante siglos el pueblo de Roma conquistó muchos territorios y creó un gran imperio que se extendió por parte de Europa, Asia y África. Esta época es lo que conocemos como Imperio Romano.
En ese tiempo los emperadores tenían todo el poder. Una de las maneras de demostrar su grandeza era mandando construir enormes y majestuosos edificios en sus dominios, y sobre todo en Roma, la capital del Imperio.
Los
habitantes de Roma eran muy aficionados a los espectáculos y a los
emperadores les gustaba que su pueblo estuviera entretenido. Igual que nosotros
tenemos cines, museos o parques de atracciones para pasarlo bien,
ellos disponían de lugares especiales donde divertirse: teatros
para ver obras dramáticas, circos destinados a carreras de caballos, o
anfiteatros para disfrutar de actividades festivas variadas.
Pues
bien, el Coliseo de Roma era un gran anfiteatro romano, el más grande e
importante de todos los que han existido. En realidad, se llama Anfiteatro
Flavio, pero todo el mundo lo conoce como el Coliseo romano.
Mandó
construirlo el emperador Vespasiano en el año 72 d. C. y se hizo en un tiempo
récord ¡En menos de diez años estaba terminado!
¿Cómo era el Coliseo cuando se construyó?
El
Coliseo Romano, como todos los anfiteatros, tenía forma ovalada y gradas para
que el público pudiera ver bien las representaciones. ¡En él había asientos
para 55 mil personas! Esa es más o menos la gente que cabe hoy en día en muchos
de los grandes campos de futbol y dentro entrarían todos los habitantes de
ciudades actuales como Huesca o Segovia.
El mejor sitio, la Tribuna, se reservaba para el Emperador y su familia, mientras que los demás espectadores se sentaban según su nivel de riqueza e importancia. A los más pobres les tocaba en la parte más alta, que lógicamente, era el sitio desde donde se veía peor.
En
el suelo, cubierto de madera y arena, tenían lugar los diferentes espectáculos.
Como en verano hacía mucho calor todo el Coliseo se cubría con una lona gigante
para proteger al público del sol. Debajo del suelo había pasadizos, jaulas para
los animales y mazmorras donde se encerraba a los prisioneros que participaban
en ellos. En las fotografías puede comprobarse que ese suelo ya no existe y por
eso vemos todo el laberinto subterráneo.
Espectáculos en el Coliseo
En el Coliseo los romanos disfrutaban de muchos espectáculos diferentes. Uno de los más increíbles consistía en llenar el ruedo de agua para representar batallas navales.
También
se organizaban peleas de animales salvajes (leones, panteras, elefantes…) traídos
de lugares lejanos, o se obligaba a los prisioneros a enfrentarse a esas
temibles fieras.
Eso
sí, el plato principal, eran las luchas de gladiadores. La mayoría de los
hombres eran esclavos y prisioneros a los que se forzaba a entrenar muy
duro y a manejar diferentes armas como lanzas y espadas.
Una vez preparados se les obligaba a combatir entre ellos. Para un gladiador, salir victorioso de un enfrentamiento tan duro era muy importante porque sabía que era la única manera de salvar su vida y además, podía ser premiado con la libertad. Su única opción era sobrevivir.
El
Coliseo Romano se usó durante muchos años para estos fines, pero con el paso
del tiempo varios terremotos destruyeron parte de su estructura. Llegó un
momento en que no se reconstruyó y se quedó en estado ruinoso. Muchas de las
piedras caídas se aprovecharon para otros edificios o fueron robadas por
saqueadores.
Vídeo que muestra una naumaquia en el Coliseo
Vídeo que muestra una reconstrucción virtual de cómo era El Coliseo cuando se inauguró.
Qué tesoro escondía el Partenón en la Antigüedad?
Viaje
en el tiempo a Atenas
Para situarnos en la época en que se levantó el Partenón, hay que retroceder a la antigua ciudad de Atenas, al siglo V antes del nacimiento de Jesucristo.
Unos
años después, en el año 443 a.C. el político y militar Pericles fue elegido
jefe del gobierno de Atenas.
Bajo
su mandato, Atenas consolidó su democracia y la ciudad alcanzó su máximo
esplendor. Durante la época que estuvo al mando, apoyó el arte, el teatro, la
filosofía y todo lo que tenía que ver con la cultura, que gracias a él vivió su
mejor momento.
Atenas había quedado destruida tras las guerras y se propuso reconstruirla y embellecerla al máximo, mejorando también en lo posible las vidas de sus ciudadanos, quienes al fin vivieron unos años de paz y prosperidad.
Se construye el Partenón
Uno
de los grandes logros de Pericles, fue comenzar las obras de
reconstrucción de la Acrópolis. La Acrópolis de Atenas es el lugar
más alto de la ciudad ya que está sobre una meseta; en ella se levantaban los
principales templos dedicados a sus dioses.
Sobre
las ruinas de un antiguo templo que había sido incendiado por los persas
durante la guerra, Pericles decidió construir el más importante templo de
la Grecia clásica: El Partenón, construido en honor a Atenea Partenos, diosa
protectora de la ciudad, como agradecimiento por la victoria. Las obras
comenzaron en el año 447 a.C. y finalizaron quince años después.
Los
arquitectos fueron Ictino y Calícrates bajo la supervisión
del también arquitecto y escultor Fidias.
Curiosidades
del Partenón
El Partenón se realizó en mármol blanco aunque había varias partes pintadas en colores vivos y brillantes. Si te fijas, se trata de un templo rectangular rodeado de columnas. También había muchas zonas decoradas con esculturas en relieve en las que se representaban temas como las luchas de gigantes o centauros y escenas mitológicas en las que los dioses eran los protagonistas.
Normalmente,
cuando nos situamos cerca de un edificio de gran tamaño y miramos hacia arriba
nos da la sensación de que está un poco deformado o incluso parece que se va a
caer Esto es una ilusión óptica.
Uno
de los grandes logros de estos arquitectos griegos, fue que gracias a algunos
trucos matemáticos y geométricos que aplicaron a la construcción, consiguieron
que el Partenón fuera proporcionado para el ojo humano. Es decir, lo
“deformaron” a propósito ¿Cómo?… Pues por ejemplo abombando las columnas en el
centro o arqueando la base del templo para corregir los efectos ópticos y que
al verlo pareciera que las líneas eran perfectamente horizontales y verticales.
El resultado fue un templo elegante y armónico.
¿Qué tesoro escondía el Partenón?
El Partenón se concibió para albergar en su interior la enorme estatua de Atenea, esculpida al igual que las esculturas y relieves del templo, por el propio Fidias, quien está considerado como el mejor artista de la época clásica. Estaba hecha de bronce, oro y marfil . Medía 12 metros,así que por este motivo la sala central del Partenón se hizo más grande de lo que era habitual en los templos de la época. La imponente figura estaba de pie sobre un pedestal y tenía un pequeño estanque a sus pies .
Además
de esta valiosa figura, el Partenón custodiaba grandes riquezas ya que en él se
guardaban las ricas ofrendas que recibía la diosa (piedras preciosas…), las
riquezas que generaban las minas de plata y el tesoro de la ciudad de Atenas.
¿Qué
le sucedió al Partenón y a la estatua de Atenea?
El
Partenón resistió bastante bien el paso del tiempo durante 2000 años, pero en
el siglo XVII, Venecia atacó Atenas y una bomba cayó sobre el templo causándole
graves daños. A partir de ahí, siguió deteriorándose.
En
el siglo XIX el Partenón y otros templos de la Acrópolis fueron saqueados por
el conde de Elgin, quien sin ningún tipo de vergüenza, arrancó la mayoría de
las esculturas y se las llevó a Inglaterra. Desde entonces, se exponen en el
Museo Británico.
En
cuanto a la gran estatua de Atenea, se perdió en el siglo V en circunstancias
que se desconocen. Sabemos cómo era gracias a pequeñas réplicas que se hicieron
de ella en la Antigüedad y a la descripción que escribió el historiador
Pausanias cuando la vio en el siglo II durante su viaje a Atenas.
¿Qué serpiente recorre cada año la pirámide de Kukulkán?
La increíble pirámide de Kukulkán es uno de los legados más importantes que nos dejó la civilización maya y una de las obras arquitectónicas más famosas del planeta.
Cada
año, millones de turistas se arremolinan junto a ella para admirar su belleza y
conocer su historia, pero hay dos días, sólo dos, en que la expectación es
máxima porque en la pirámide ocurre un misterioso suceso que deja a todo el
mundo boquiabierto.
¿En qué lugar del mundo está la pirámide de Kukulkán?
Miren el mapa del globo terráqueo. La parte destacada en verde es la zona de Mesoamérica, que es como se llama a la región en la que vivieron y se desarrollaron durante siglos importantes civilizaciones, como la Olmeca, la Tolteca, la Azteca o la Maya, antes del descubrimiento de América en 1492.
A estos pueblos se les conoce generalmente como prehispánicos o precolombinos, haciendo referencia a que existían mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón.
En
el mapa ampliado, al norte de la península del Yucatán, verán una ciudad
llamada Chichén Itzá. Ahí se encuentra la pirámide de Kukulkán.
La ciudad de Chichén Itzá
La civilización
maya estaba formada por diferentes tribus que, aunque tenían muchas cosas
en común, hablaban diferentes dialectos y tenían sus propias costumbres.
Chichén
Itzá, en concreto, fue fundada en el siglo V d. C. por la tribu
maya de los itzáes, quienes la convirtieron en la ciudad más importante en
muchísimos kilómetros a la redonda.
A
finales del siglo X, la ciudad fue invadida por los toltecas, otro pueblo
de Mesoamérica. Unos y otros convivieron en Chichén Itzá e hicieron de
ella una ciudad poderosa y muy próspera a nivel político, religioso y
comercial.
Una
muestra clara de esos siglos de esplendor son los monumentales edificios que
han sobrevivido al paso del tiempo y que hoy en día podemos contemplar dando un
paseo por las ruinas de la ciudad.
Principales construcciones de Chichén Itzá
He aquí algunos de los imponentes edificios que se pueden encontrar en Chichén Itzá.
El
primero, es conocido como El Caracol. El nombre es un poco extraño y por
supuesto no servía para criar esos simpáticos moluscos gasterópodos que
recorren el mundo con pocas prisas. Lo de caracol es porque en su interior
hay una escalera cuya forma en espiral recuerda a la concha de estos
animalitos.
Que
el nombre no despiste: ¡este edificio era un observatorio astronómico! Los
mayas eran unos auténticos expertos en matemáticas y astronomía, como verás más
adelante.
Desde
este lugar, estudiaban todos los cambios que ocurrían en el cosmos y sacaban
conclusiones muy avanzadas teniendo en cuenta la época y los medios tan
rudimentarios de que disponían.
Otra espectacular construcción es el Templo de los Guerreros, situado sobre una gran base formada por cuatro cuerpos escalonados. Estaba rodeado de grandes salas y patios de los que sólo se conservan las columnas, y decorado con esculturas y relieves que representan guerreros, animales, dioses…
La pirámide de Kukulkán
La
construcción más famosa a nivel mundial de la ciudad maya de Chichén Itzá,
es la pirámide de Kukulkán.
Se levantó en el siglo XII d. C. y está dedicada al dios del viento Kukulkán, que tenía forma de serpiente emplumada. Es prácticamente el mismo dios que veneraban los aztecas, aunque ellos lo llamaban Quetzacóaltl.
Curiosidades de la pirámide de Kukulkán
Los
mayas eran unos fanáticos observadores del cielo. Estudiaron a fondo los
movimientos del sol y la luna, los eclipses, la diferente duración del día y la
noche según la época del año… Se dieron cuenta de que muchos fenómenos se
repetían cada cierto tiempo y crearon diversos calendarios, entre ellos,
el calendario solar.
Para los mayas estos conocimientos eran importantísimos porque su mayor medio de vida era la agricultura. Al descubrir, por ejemplo, que el año tenía diferentes estaciones, aprendieron cuál era la mejor época para sembrar o cuándo se acercaba la época de lluvias.
En
la pirámide de Kukulkán quisieron demostrar lo mucho que sabían sobre
astronomía y matemáticas, representando un calendario gigante.
Se trata de una pirámide escalonada de base cuadrada que tiene un templo en la cima. Para llegar hasta él, hay que subir por una de las cuatro escalinatas que hay en cada cara.
Cada
escalinata tiene 91 peldaños, y como son cuatro, suman un total de 364. Si
contamos también el último, que sería la base donde está el templo, el
resultado es 365 peldaños.
¿El
número les suena de algo? ¡Claro, son los días que tiene un año! Aunque con
algunas diferencias, como que ellos dividían el año en 18 meses y no en 12, su
calendario era muy similar al que utilizamos en el siglo XXI en casi todo el
mundo.
¿Qué serpiente recorre cada año la pirámide de Kukulkán?
¡Ahora
viene lo más increíble! En la pirámide de Kukulkán nada se hizo al azar. Está
construida y orientada de tal manera, que cada año ocurre sobre
ella un fenómeno único que atrae a turistas de todo el mundo.
Como
posiblemente saben, dos veces al año se producen lo que conocemos como
equinoccios: en el hemisferio norte, en torno al 21 de marzo,
el equinoccio de primavera, y sobre el 22 de septiembre,
el equinoccio de otoño (en el hemisferio sur también los mismos días,
claro, pero con las estaciones invertidas).
Estas
fechas, por tanto, marcan el comienzo de esas dos estaciones: primavera y
otoño. Durante los equinoccios, el día y la noche tienen exactamente la misma
duración porque es cuando el sol pasa justo por encima del ecuador terrestre.
Que los mayas se dieron cuenta de este hecho está clarísimo y quisieron reflejarlo en la pirámide de Kukulkán creando un efecto óptico impresionante.
¿Qué se les ocurrió? Pues construirla de tal manera que, solamente durante los equinoccios, la luz del sol se proyectase sobre un punto concreto de la pirámide.
El lugar exacto es esta escalinata, en donde aparecen representadas unas cabezas de serpiente en honor al dios Kukulkán, tenía forma de serpiente emplumada.
Ahora, fíjensen bien en esta fotografía a ver si ven algo que les llame la atención:
¡Seguro
que sí, porque es realmente grande!
Al
llegar el atardecer, se produce un juego de luces y sombras que dan como
resultado una ilusión visual muy curiosa: la de una serpiente que se desliza
desde la cima de la pirámide y va reptando hasta unir su cuerpo con la cabeza
de piedra que hay en la base.
Si
uno observa atentamente la escena, a medida que el sol se desplaza y cambia la
luz, percibe cómo la serpiente se va formando y moviendo de forma ondulante,
tal y como lo haría una serpiente de verdad. Pasadas unas horas, el enorme
reptil se esfuma y no vuelve a aparecer hasta justo seis meses después, durante
el siguiente equinoccio.
A continuación podrá apreciarse este curioso fenómeno en sendos vídeos
¿Cuál es la hermosa leyenda de amor del Taj Mahal?
Su belleza
es razón suficiente para que todo el mundo se quede boquiabierto al
contemplarlo, pero sin duda su fama se ha visto aumentada gracias a la hermosa
leyenda de amor que rodea a su creación
¿Qué
es el Taj Mahal?
Lo primero que deben saber es que el Taj Mahal es un mausoleo, es decir, un monumento funerario porque cubre una tumba. Se encuentra en Agra, una ciudad al norte de la India.
Por
sus dimensiones, perfección y hermosura, se trata del mausoleo más famoso
del mundo, además de estar considerada la obra arquitectónica más importante
del arte islámico.
¿Quién mandó construir el Taj Mahal?
Las
obras de construcción comenzaron en el año 1630. Por aquel entonces la India
estaba dominada por el Imperio Mogol y la ciudad de Agra era la
capital oficial de este inmenso imperio. El emperador Sha
Jahan fue quien mandó construir el Taj Mahal en honor a su querida
esposa, Mumtaz Mahal.
Para Sha Jahan el mausoleo tenía que ser el más increíble y majestuoso del mundo, pero… ¿Por qué ese empeño?
La historia de amor del Taj Mahal
Para entenderlo hay que remontarse a 23 años antes, es decir, a 1607. Por aquel entonces el emperador era todavía un joven príncipe de quince años con toda la vida por delante.
Cuenta
la leyenda que un día, por casualidad, conoció en el mercado
de Agra a una bella muchacha que estaba probándose un collar de
diamantes. En cuanto la vio se enamoró perdidamente de ella y quiso convertirla
en su esposa lo antes posible.
Los
astrólogos de la corte observaron el cielo y le dijeron que se olvidara de las
prisas, pues según sus cálculos y predicciones, no era el momento propicio si
quería que su matrimonio fuese feliz y duradero.
Al
príncipe no le quedó más remedio que aceptarlo. En contra de sus deseos, se
armó de paciencia y, a regañadientes, tuvo que esperar cinco largos años para
casarse con su amada. Por fin, en 1612, sonaron campanas de boda y se unieron
en matrimonio.
Para
entonces y a pesar que tenía solamente veinte años, ya se había casado con otra
mujer, así que Mumtaz Mahal se convirtió en realidad en su
segunda esposa. Las leyes musulmanas permitían que un hombre pudiera contraer
matrimonio con varias mujeres a la vez, y de hecho, Sha Jahan se casó dos veces
más.
La historia de amor del Taj Mahal: el desenlace
Sha
Jahan tuvo cuatro esposas, pero durante toda su vida sólo estuvo enamorado
de una de ellas: Mumtaz Mahal, quien
contempló enamorada y feliz cómo en 1628, su esposo subía al trono para
convertirse en el emperador.
Así
vivieron durante 19 años pero, mientras daba a luz a su decimocuarto hijo, Mumtaz
Mahal enfermó y murió. Dicen que sus últimas palabras fueron pedirle a su
esposo cuatro deseos: que fuera un buen padre, que se casara otra vez, que
construyera una tumba para ella y que cada año, en el aniversario de su muerte,
fuera a visitarla.
El pobre Sha Jahan se quedó destrozado. Tan grande era su tristeza que se encerró en su palacio – fortaleza conocido como Fuerte Rojo de Agra y durante muchos meses vivió aislado del mundo y de la gente porque ya nada le importaba.
Tardó
mucho tiempo en superar el dolor y recuperar la ilusión de vivir, pero cuando
volvió a verse con fuerzas, tomó la decisión de satisfacer ese último deseo de
su mujer. Mumtaz Mahal descansaría para siempre en una tumba construida especialmente
para ella.
Tanto
la había querido y tanto la echaba de menos, que no se conformó con algo
sencillo, sino todo lo contrario: se esforzó al máximo para que fuera la más
hermosa que nadie pudiera imaginar. De esa promesa y ese sueño, nació el Taj
Mahal.
La construcción del Taj Mahal
El
emperador tuvo muy claro desde el principio lo que quería y no escatimó ni una
sola moneda en su gran proyecto. Eso sí, se necesitaron más 20.000 personas
trabajando día y noche y unos 22 años para terminarlo.
Aunque
fue construido con ladrillo se recubrió de un magnífico mármol blanco que fue
transportado por cientos de elefantes hasta su destino. Después, se decoró
finamente con todo tipo de piedras preciosas traídas desde los lugares más
remotos y exóticos del mundo.
¿Cómo es el Taj Mahal?
Aunque cuando alguien nombra el Taj Mahal nos viene a la mente el impresionante mausoleo, que es el edificio principal, en realidad se trata de un recinto amurallado al que se accede por una gran puerta.
Dentro
de este enorme espacio hay más construcciones, como dos edificios
gemelos más pequeños: una mezquita para rezar y otro que se usaba como
hospedería para los peregrinos.
También son increíbles los enormes jardines, atravesados por canales de agua que confluyen en un gran estanque central. Embellecen el entorno, sirven de espejo al mausoleo y de paso, riegan las plantas.
Si se fijan en el plano, todo el complejo se caracteriza por el orden y la simetría tanto en las construcciones como en los jardines. Todo está perfectamente organizado, dividido en cuadrantes y diseñado de forma geométrica.
El mausoleo se eleva sobre una gran plataforma con cuatro estilizados minaretes (torres) que tienen una función decorativa. Aunque a simple vista no lo parezca, el gran edificio Taj Mahal es un cuadrado, pero como sus esquinas están achaflanadas, es decir, se han rebajado sus aristas, recuerda a un octógono.
Sha Jahan eligió muy bien el lugar para construirlo, a orillas del río Yamuna. Sabía que el efecto que produciría su imagen reflejada en el agua sería maravilloso y desde luego, lleno de romanticismo. También es impresionante ver cómo dependiendo de las horas del día y de la época del año, el mármol blanco adquiere tonalidades distintas ¡Al amanecer y durante la puesta de sol la imagen del Taj Mahal es espectacular!
Tanto el interior como el exterior están elegantemente decorados, pero llama la atención que no hay ninguna pintura o relieve que represente animales o figuras humanas ¿Saben por qué? Pues porque el arte islámico no lo permite. Toda la decoración es a base de figuras geométricas, motivos vegetales o textos del Corán.
Los
mejores artesanos trabajaron en los relieves decorativos y las piedras
preciosas están por todas partes, tanto en el exterior como en el interior.
Aparecen incrustadas en la piedra formando parte de una exquisita decoración.
En el centro del mausoleo, bajo la cúpula con forma de bulbo, se encuentran las tumbas de los dos enamorados.
El
trágico final de Sha Jahan
Sha
Jahan jamás olvidó a su esposa Mumtaz Mahal y seguramente cumplió también la
promesa de visitar el mausoleo cada año, en el aniversario de su muerte.
En
1657 el poderoso emperador cayó enfermo y varios de sus hijos se enfrentaron
entre sí por ocupar el trono. El vencedor fue Aurangzeb, quien en cuanto se
puso la corona, encerró a su padre y lo convirtió en su prisionero. Jamás le
permitió salir de su propia casa durante nueve años.
Se
cuenta que desde los balcones del gran palacio-fortaleza, Shan Jahan
lloraba la ausencia de su mujer y contemplaba melancólico el hermoso Taj
Mahal, la obra más grandiosa de todas las que había mandado construir en su
vida.
Cuando falleció a la edad de 74 años, fue enterrado en el gran mausoleo y desde entonces, reposa para siempre bajo la gran cúpula, junto a su amada Mumtaz Mah
¿Para qué servía el acueducto de Segovia?
El poderoso Imperio romano
Durante
varios siglos, los romanos fueron de un lado a otro conquistando grandes
territorios en Asia, África y Europa hasta que en
el siglo I a. C. Roma logró convertirse en un inmenso imperio.
Fíjense bien en la zona coloreada en rosa del mapa ¡Todo esa parte del mundo pertenecía al Imperio romano!
El jefe supremo, el que tenía todo el poder en sus manos, era el emperador. El primero en subir al trono imperial fue César
Augusto en el año 27 a.C.
La romanización
Los
dominios del emperador eran tan grandes que para gobernarlos fue necesario
tenerlo todo muy bien controlado. Por eso, desde el momento en que los romanos
invadían un territorio, comenzaba lo que se conoce como romanización, es
decir, impusieron su manera de gobernar, sus leyes, su cultura y
muchas de sus costumbres, a los pueblos invadidos.
¡Los romanos entran en Hispania!
Uno
de los muchos territorios conquistados por Roma fue Hispania, que es como
se llamaba en esa época a la península ibérica, hoy formada
por España y Portugal.
Los
valientes e intrépidos romanos, descubrieron que en Hispania había productos
como el vino o el aceite, y cantidad de oro y no
dudaron en hacerse con el control de todas esas riquezas.
Desde
el año 209 a. C. sus ejércitos fueron colándose por la península
ibérica hasta que se adueñaron de ella y pasó a formar parte del vasto Imperio
romano.
En
Hispania vivían, según la zona, diferentes pueblos indígenas, como
los íberos, los astures, los vascos o los celtas, con
costumbres e idiomas muy distintos entre sí.
Los romanos, al igual que hicieron en el resto de sus dominios, anularon gran parte de su estilo de vida y fueron imponiendo nuevas normas.
Una
de las más importantes fue el latín, que era el idioma que ellos hablaban
y del que derivó el idioma que ahora hablamos: el español. También establecieron
sus propias leyes, el culto a sus dioses, la moneda, la forma de vestir…
La sociedad romana era mucho más avanzada a nivel social, político y cultural que las tribus que había en la península. Los nuevos habitantes introdujeron muchos adelantos de la técnica y lo que mejor sabían hacer: las grandes obras públicas, pues eran auténticos expertos en ingeniería y construcción.
En Hispania construyeron murallas, puentes, termas (baños públicos), teatros, templos, acueductos…
…Y
una enorme red de calzadas (carreteras) para comunicar las ciudades y
de paso facilitar que los ejércitos de movieran de forma más cómoda y rápida de
un lugar a otro
Cambiaron el aspecto de las ciudades adaptándolas a su estilo de vida, mucho más sofisticado que el de los antiguos pueblos peninsulares, y las llenaron de monumentos. También fundaron otras nuevas, como Hispalis (Sevilla), Augusta Emérita (Mérida) o Tarraco (Tarragona).
Los romanos en Segovia
La
Segovia de entonces era una población muy pequeña, pero cuando los romanos
pasaron por allí, levantaron en ese lugar una nueva ciudad a la que dotaron de
importantes servicios. El más espectacular, fue el famoso acueducto.
¿Qué es un acueducto?
Los
romanos eran ante todo muy prácticos, y cuando se topaban con un problema,
enseguida estudiaban una solución ingeniosa que les sacara del apuro.
Un
acueducto es, ni más ni menos, la increíble construcción que se les ocurrió
para llevar agua a las ciudades a través de un canal.
¿Cuándo se construyó el acueducto de Segovia?
No
está muy clara la fecha, pero todo apunta a que fue hacia finales
del siglo I d.C o más probablemente a principios del siglo II
d.C. en tiempos del emperador Trajano. Se calcula que se
tardaron unos veinte años en acabarlo.
¿Por qué se construyó un acueducto en Segovia?
Los
habitantes de Segovia necesitaban agua para abastecer su ciudad. Había un
estupendo río a las afueras, el llamado río Frío, pero claro… ¡Estaba a 17
kilómetros!
Solución:
los romanos diseñaron y construyeron un fabuloso acueducto desde el río a la
ciudad. Por cierto, aunque ahora tiene dos mil años de antigüedad ¡funcionó
perfectamente hasta mitad del siglo XX!
¿Cuál es el recorrido del acueducto de Segovia?
Cuando pensamos en el acueducto de Segovia, a todos nos viene a la mente esta imagen:
Pero
ésta es sólo una pequeña parte. El acueducto inicia su recorrido muchos
kilómetros antes, junto al río Frío, así que tiene una longitud de ¡17
kilómetros!
Lógicamente, lo primero que tuvieron que hacer los romanos fue crear una presa para recoger y encauzar el agua del río. Esta presa recibe el nombre de azud.
A
partir de ahí, construyeron un canal para llevar el agua hasta la población.
El agua discurría por él sin descanso, en algunas zonas a cielo abierto y en otras por una tubería subterránea.
En varios puntos del camino construyeron una especie de depuradoras o depósitos donde el agua perdía velocidad para que las hojas y la arena se depositaran en el fondo y continuara mucho más limpia y sin obstruir el canal.
Tras
este primer tramo llega el segundo, donde el canal continúa su camino sobre
un sistema de arcos para salvar los desniveles del terreno.
Primero
construyeron arcos pequeños que poco a poco se van haciendo más
grandes para adaptarse al suelo en pendiente.
Pero
a medida que la arquería avanzaba, se toparon con un valle fluvial muy
profundo que producía un gran desnivel. El agua tenía que seguir su curso sin
contratiempos y lo solventaron con una genialidad: levantando
un sistema de arcos dobles, como puedes ver claramente en el esquema más
abajo. Esta es la parte más conocida del acueducto por ser la más grandiosa y
espectacular.
Una
vez superado el valle, vuelve a convertirse en arquería simple y
va reduciendo su tamaño hasta que se esconde de nuevo bajo tierra y llega al
punto final: la gran cisterna donde se almacenaba el agua para luego
salir desde allí por tuberías a distintos puntos de la ciudad: fuentes, termas…
Curiosidades: sobre los arcos del acueducto de Segovia
La
arquería del acueducto de Segovia tiene un kilómetro. La componen 167 arcos de
los cuales 44 están sobre otros 44 formando el tramo de arcos dobles. Aquí es
donde el acueducto alcanza su altura máxima: 28 metros que equivalen a ¡un
edificio de diez pisos!
Resulta
asombroso saber que se construyó poniendo unos bloques de piedra sobre otros
sin utilizar argamasa o cemento, es decir, sin ningún tipo de pegamento ¡Sólo están sujetos
por la fuerza que ejercen entre ellos!
Teniendo
en cuenta que algunos de estos bloques de granito pesan hasta 2.500 kilos y se
usaron 20.400, es increíble que no se venga abajo.
Llevar
los bloques a su lugar definitivo supuso muchísimo esfuerzo. Primero hicieron
rampas en el suelo; después, trasladaron cada una de las piedras sobre rodillos
de madera tirados por hombres o por animales de tiro.
Ya
en el lugar de la obra los canteros las tallaban y una vez listas se subían
mediante un sistema de poleas utilizando unas enormes tenazas de metal.
Si
se fijan en la fotografía superior del acueducto, las piedras tienen agujeros
en dos de sus lados.
Estos
agujeros los realizaban los canteros para que las puntas de las tenazas se
engancharan bien y no hubiera peligro de que se cayeran. Inteligente decisión
¿verdad?
La increíble Torre Eiffel
¿Por qué se construyó?
A finales del siglo XIX iba a celebrarse en París una Exposición Universal y se esperaban millones de visitantes. Se pensó que sería una buena idea construir un gran monumento para la ocasión y se organizó un concurso al que se presentaron muchísimos proyectos.
El ganador fue el empresario, ingeniero y arquitecto francés Gustave Eiffel, quien con su equipo, logró un diseño que consiguió impactar al jurado por su originalidad.
¡El proyecto era ni más ni menos que una inmensa
torre de hierro forjado de 312 metros de altura! En aquellos tiempos, era algo
nunca visto.
La obra duró 26 meses y en ella trabajaron
250 obreros. Se levantó sobre un gran parque llamado Campo de
Marte junto al río Sena y cuando se inauguró en 1889, año en que se
celebraba la Expo de París, se convirtió en la construcción más alta del
mundo. De hecho, siguió siéndolo durante muchos años hasta que fue
superada en altura por el Edificio Chrysler de Nueva York, en 1930.
Muchos parisinos, cuando vieron la torre
terminada, se quedaron horrorizados. Les parecía un amasijo de hierros sin
ninguna gracia ni encanto. Incluso algunos artistas famosos, como pintores y
escritores de la época, pidieron que se destruyera porque les parecía
monstruosa y afeaba la hermosa ciudad de París.
Pero según fueron pasando esos primeros
años, los habitantes de París se acostumbraron a la extraña belleza de la torre
y vieron cómo millones de personas de todo el mundo acudían allí deseando
contemplarla. Esto hizo que poco a poco se sintieran orgullosos de
ella y la convirtieron en el símbolo de la capital francesa.
¡Hay que salvar la gran Torre Eiffel!
En realidad la Torre Eiffel no se había
construido para siempre, sino que se había acordado que en cuanto pasaran
veinte años, tendría que ser derruida.
Gustave Eiffel estaba desesperado ¡No quería que destruyeran su gran obra! Pero… ¿Cómo podía evitarlo?
Ya que era una construcción tan alta, su cúspide
podía ser aprovechada para instalar enormes y potentes antenas de radio. Le
hicieron caso y esto la salvó del derribo.
Tras la instalación de esas antenas, la Torre
Eiffel alcanzó una altura de 324 metros. Para que se hagan una idea, es tan
alta como un rascacielos de más de 70 pisos de altura.
El interior de la Torre
Desde la Torre Eiffel se disfrutan las
mejores vistas de la ciudad. Para llegar a la parte más alta hay que
subir¡1.665 escalones!
También cuenta con ascensores acristalados que
facilitan la tarea.
Empire State:
El motivo por el que se construyó es muy curioso. Todo empezó cuando la compañía de automóviles Chrysler se propuso levantar el rascacielos más alto de Nueva York. El resultado fue el maravilloso Edificio Chrysler.
El Edificio Chrysler fue el más alto no sólo de la
ciudad sino de todo el mundo durante unos meses, pero el Empire State
rápidamente le arrebató ese honor y se mantuvo como el más elevado del
planeta durante los siguientes 40 años.
¡Las cifras son de vértigo!
Sólo 410 días tardaron las obras que son
unos 13 meses, para construir 102 pisos de altura. Para ello hubo que contratar
a 3.400 obreros, muchos de ellos inmigrantes venidos de Europa, que trabajaron
sin descanso ¡Llevaban un ritmo tan frenético que levantaban una media de
cuatro pisos y medio por semana!
Estas fotografías fueron tomadas durante la
construcción del Empire State y muestran a la perfección la altura a la que se
enfrentaban cada día estos hombres y el enorme riesgo que corrían.
¿Cómo se sube al Empire State?
Lógicamente, un edificio tan alto necesita
ascensores. Pues bien, el Empire State tiene nada más y nada menos que 73, de
los cuales ocho son de alta velocidad.
Los ascensores nos libran de tener que subir uno
a uno los 1.860 escalones que unen la planta baja con el piso 102.
Una vez arriba, las vistas son impresionantes.
Disponen de dos miradores, uno en la planta 86 y otro en la planta 102, desde
los cuales pueden contemplar toda la ciudad.
¿Cómo se inauguró?
Un edificio tan impresionante debía ser inaugurado
de una forma especial e impactante. El privilegio lo tuvo el
mismísimo Hoover, presidente de los Estados Unidos en ese momento. Él fue
el encargado de darle a un interruptor que encendió las luces del edificio.
Esto resultó algo muy asombroso porque lo hizo desde Washington, a 327
kilómetros de distancia.
¿Magia?… Bueno, más bien fue un truco para darle más emoción al asunto. En realidad, cuando Hoover pulsó el botón, alguien en Nueva York apretó al mismo tiempo el auténtico interruptor que encendía el Empire State.
¿Qué hay dentro del Empire State?
Casi todo lo que hay dentro del Empire
State son oficinas de grandes empresas. Actualmente acoge a unas mil, lo
que equivale a 21.000 empleados. También cuenta con cafeterías, restaurantes,
tiendas…
Un dato muy curioso es que hasta tiene su propio código postal, el 10118..
Contra todo pronóstico, cuando se inauguró, el
país atravesaba una crisis económica tan grave que al principio no consiguieron
alquilar todas las oficinas. La gran mayoría estuvieron vacías durante bastante
tiempo y los neoyorquinos empezaron a llamarlo de forma burlona, el Empty
(vacío) State.
¿Un aeropuerto en la cima?
En el proyecto de construcción la última planta
se concibió como una plataforma de aterrizaje. La idea era que fuera una
especie de aeropuerto para dirigibles, que eran las aeronaves de la época. Para
ello se creó un enorme mástil que permitiría el amarre de estos artefactos
voladores, que a su vez comunicaría con una escalerilla para que pudieran
descender los pasajeros y una vez dentro del edificio, tomar el ascensor para
bajar a la calle.
Pero el experto comandante Hugo Eckener, que
había conseguido dar la vuelta al mundo en el Graf Zeppelin, dijo que el
proyecto no era nada práctico; por una parte esos aparatos inmensos
sobrevolando la ciudad suponían un peligro, y por otra, allí arriba el viento
soplaba tan fuerte que el aterrizaje de la aeronave y el trasiego de pasajeros
entrañaba mucha dificultad. Al final la gran aguja se utilizó como antena para
radio y televisión.
Estilo del edificio Empire State
El Empire State es uno de los grandes ejemplos
del Art Déco, un movimiento artístico que triunfó en los locos años veinte en
Europa y Estados Unidos y que influyó en muchos campos del arte y la decoración
(escultura, pintura, muebles, joyería,…) .
El Art Déco representaba el colmo de la
elegancia y la modernidad y por eso cuajó en una ciudad tan glamurosa como
Nueva York.
¡Nada de edificios aburridos! La arquitectura
tenía que ser funcional y práctica, por supuesto, pero con un toque elegante y
chic. El Art Déco se caracteriza por las formas geométricas y en zigzag, la
simetría, las líneas rectas, las construcciones escalonadas, la decoración
vegetal y el uso de materiales de lujo como el mármol.
El Empire State, iluminado
Si todas las noches es impresionante ver el
Empire State iluminado, todavía lo es más cuando la parte superior se
enciende con colores determinados para celebrar alguna ocasión especial.
Ejemplos de ello son la iluminación multicolor el 31 de diciembre para recibir
el Año Nuevo, el color azul el 2 de abril para conmemorar el Día Mundial para
la Concienciación del Autismo, o los de la bandera de Estados Unidos (rojo,
azul y blanco) el 4 de Julio, Día de la Independencia.
Por cierto… Cuando España ganó el Mundial de
Fútbol de Sudáfrica en 2010, el mítico rascacielos se vistió de rojo y
amarillo, colores de la bandera del país.
¿Por qué está inclinada la famosa Torre de Pisa?
¿Qué es la Torre inclinada de Pisa?
Pisa es una pequeña y bonita ciudad
italiana atravesada por el río Arno. En el centro, en pleno casco antiguo, se
encuentra la Plaza de los Milagros, un recinto que reúne cuatro
importantes edificios religiosos edificados en la Edad Media:
el Baptisterio (lugar destinado a los bautizos), el Cementerio,
la Catedral y la emblemática Torre.
La Torre inclinada de Pisa es la torre donde
están las campanas. El campanario no se hizo en la misma catedral, sino en un
edificio aparte, en lo alto de esta esbelta torre cilíndrica. Su exterior está
cubierto de mármol blanco y rodeado de galerías, arcos y columnas que le dan un
aspecto muy elegante y propio del Románico del centro de Italia.
Empieza la construcción de la torre y… ¡comienzan los problemas!
No está muy claro quién fue el arquitecto al que se le encargó la construcción. Se cree que su autor fue Bonanno Pisano, quien comenzó las obras en el siglo XII, exactamente en el año 1173.
La torre de Pisa tenía que ser completamente
vertical como todas las torres, pero las cosas no salieron como estaba
planeado.
Tardaron cinco años en levantar los tres primeros
pisos y cuando se estaba construyendo la cuarta planta, se vio que algo iba
mal: ¡La torre se estaba inclinando hacia el Norte!
¿Por qué la Torre de Pisa empezó a inclinarse?
Les propongo que piensen en algo… Imaginen que
están de pie sobre la arena de la playa con las piernas juntas y enterradas
sólo hasta los tobillos.
¿Qué pasaría si de repente, el suelo comenzara a
moverse? Posiblemente les costaría mantener el equilibrio, se inclinarían en
alguna dirección e incluso podrían caerse. El movimiento y la poca sujeción de los
pies son la causa. Si por el contrario, estuvieran enterrados hasta las
rodillas, se mantendrían derechos y el peligro de venirse abajo sería mínimo
¿verdad?
Bien, este es un sencillo ejemplo que se me
ocurre para explicar la razón de que la torre se haya desplazado con respecto a
su eje vertical.
La clave está en el suelo. El lugar donde se
asienta la torre es muy poco estable. El subsuelo es pantanoso y está formado
sobre todo por arena y arcillas, por lo que no es muy compacto y tiende a
deformarse y a moverse.
Al problema del suelo se unió que la parte de la
torre que está enterrada, es decir, donde va anclada, que son los cimientos,
tienen sólo 3 metros de profundidad… ¡Muy poca fijación para una torre de 55
metros de altura y casi 15 mil toneladas de peso!
Ambos factores unidos dieron como resultado una
construcción que cada año iba alejándose de la perpendicular y acercándose al
suelo peligrosamente.
Ante el riesgo de derrumbe, no hubo más remedio
que parar su construcción y dejarla a medias durante un largo tiempo.
La construcción de la Torre de Pisa continúa…
Sí… las obras se retomaron, pero cien años después, en 1272, que es cuando se decide completar los pisos que faltaban y que en total eran siete más el campanario.
Para intentar nivelarla ¿qué hizo el nuevo
arquitecto? Pues no se le ocurrió otra cosa que construirlos en vertical sobre
la torre inclinada, para compensar un lado más alto que otro.
¡El desastre fue total! Lo que consiguió fue que
la torre siguiera inclinándose pero esta vez hacia el Sur. De nuevo, tuvieron
que dejar la torre sin terminar.
Un siglo más tarde la torre seguía en su sitio
así que se propusieron acabarla de una vez, añadiendo por fin el último piso,
el de las campanas. También fue construido de forma vertical sobre la torre
ladeada ¡Otra vez el mismo error!
En 1350, doscientos años después de poner la primera piedra, la torre estaba terminada. Desde entonces se ha ido inclinando y por los sucesivos añadidos, ha adquirido una forma curvada que recuerda a una banana.
¿Se caerá la Torre de Pisa?
El gran temor siempre ha sido el posible derrumbe
de la torre. Hasta hace pocos años, las probabilidades de caída eran muy altas.
Se inclinaba más cada año y a un ritmo más rápido.
Como nadie sabía cómo evitar el posible desastre,
en 1990 se prohibió que los visitantes pudieran entrar ¡Era realmente
peligroso! Desde su construcción se había tumbado entre cinco y seis metros con
respecto al eje vertical de la base.
En los últimos años se consiguió lo que parecía
un milagro. El gobierno italiano reunió a un grupo de expertos que lograron,
mediante un complejo sistema de consolidación y nivelación del suelo, usando
materiales como el plomo y el hormigón armado, que la Torre de Pisa se asentase
y además, comenzara a enderezarse.
Ahora mismo la situación está muy controlada y su
inclinación es más o menos la que tenía hace dos o tres siglos. Según los más
entendidos, durante los próximos 300 años no hay peligro de que se
desmorone. Después… ya se verá.
¿Sería posible enderezarla del todo? Parece
ser que con la tecnología actual podría hacerse, pero a nadie le interesa:
perdería el encanto que la hace famosa a nivel mundial y el turismo dejaría de
acudir a Italia para verla.
¿Puede subirse a la torre?
Sí porque actualmente la torre de Pisa está abierta al público. En los últimos años también se hicieron trabajos de limpieza y restauración y ahora está más bella que nunca.
Desde el mirador del campanario las vistas a la ciudad son fantásticas. Eso sí, tendrán que subir una escalera de caracol de casi 300 escalones para llegar hasta lo más alto.
Cuando estén arriba recuerden que antes que hubo un pisano muy famoso que a finales del siglo XVI solía subir a la Torre de Pisa para realizar experimentos científicos sobre la gravedad.Era el gran físico, astrónomo y matemático Galileo Galilei, quien desde el mirador, lanzaba a la vez objetos con diferente peso (plumas, bolas pesadas…) para comprobar si caían a la misma velocidad y llegaban al suelo al mismo tiempo.O al menos, eso cuenta la leyenda…
Big Ben no es su verdadero nombre
¿Dónde está el Big Ben?
En el centro histórico de Londres (Gran Bretaña) a la orilla del río Támesis, se encuentra el Palacio de Westminster. Fue construido a mitad del siglo XIX cuando el palacio anterior sufrió un grave incendio y una gran parte quedó reducida a cenizas. Charles Barry fue su arquitecto y hoy en día se utiliza como sede del Parlamento del Reino Unido.
El palacio tiene varias torres y una de ellas es
la famosa torre del reloj que todos conocemos. Tiene cuatro caras y en cada
cara un gran reloj para poder ser visto desde muchos puntos de la ciudad.
El misterio de su nombre
El nombre real siempre fue Torre del
Reloj hasta que en 2012 se decidió rebautizarla con el nombre de Torre de
Isabel, en honor a la Reina Isabel II que ese año cumplía 60 años de reinado. Ése
es por tanto su nombre actual.
La que en realidad se llama Big Ben no es la torre, sino la más grande de las cinco campanas que están en su interior y que repican cada quince minutos. La enorme campana Big Ben es la encargada de dar las horas en punto. Sucedió que la gente comenzó a llamar Big Ben a la torre en general y ahora todo el mundo piensa erróneamente que se llama así.
No está claro de dónde viene el nombre Big Ben,
pero lo más probable es que Ben sea un diminutivo de Benjamin Hall, la
persona que ordenó la construcción de la Torre del Reloj. En su honor, se
le puso el simpático sobrenombre de Big Ben a la mayor de las campanas.
Big Ben significa Gran Ben ¡Mide tres metros de
altura y pesa casi 14 toneladas!
Datos curiosos
El Big Ben se inauguró en 1859, así que ya ha
cumplido algo más de 150 años.
En cuanto a su reloj se considera
tecnológicamente muy moderno para la época en que fue construido y es de los
más exactos del mundo
Funciona con gran precisión y muy pocas veces ha
sido necesario repararlo. Además, su maquinaria interna está diseñada de tal
manera que no pueda acumularse en ella lluvia o nieve durante el invierno. Esto
último falló en cierta ocasión, ya que durante la noche del 31 de diciembre de
1962, la nevada sobre la ciudad fue tan abundante que los ingleses recibieron
el año nuevo con diez minutos de retraso.
Dentro de la torre no hay ascensor, así que para
subir no existe otra opción que hacerlo por una escalera de caracol
¡de 334 escalones! Curiosamente, tan sólo pueden hacerlo los residentes en
Reino Unido pidiendo un permiso especial.
¿Qué tienen en común el Big Ben y la Torre de
Pisa?
Al igual que la famosa torre, Big Ben ha empezado
a inclinarse en los últimos años. Algunos expertos creen se debe a un defecto
en su construcción, pero para otros, la causa es la reciente excavación de los
túneles del metro y de la creación de aparcamientos subterráneos en
la zona. Cualquiera que observe detenidamente la torre, puede ver cómo ya no
está totalmente perpendicular al suelo. El riesgo de que pueda caerse preocupa
bastante, pero parece ser que el proceso es lento y si algún día sucediera,
sería dentro de miles de años.
Las campanadas de Westminster
Su famosa sintonía es reconocida en todo el mundo
en cuanto sus cinco campanas comienzan a sonar. El siguiente vídeo les
permitirá oírlas.
Este blog considera que no tendrán ninguna
dificultad en distinguir cuál de ellas
es la gran campana Big Ben, es un reto fácil.