Noche IV: una luz en la oscuridad ☪☾✩☽
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Este blog despedirá la serie de post
dedicada a la noche con “La Luna, una luz en la oscuridad”:
Las fases de la Tierra y la
Luna son inversas para dos hipotéticos observadores situados en ambos astros.
Así, cuando nosotros vemos la luna llena, con todo el disco lunar
iluminado, y con la máxima intensidad del claro de luna, el hemisferio de
nuestro planeta dirigido hacia la Luna no recibe ninguna luz del Sol y el disco
terrestre apenas si representa un débil resplandor. Inversamente, durante
el novilunio, cuando el hemisferio lunar visible de la Tierra no recibe
luz solar, el hemisferio terrestre vuelto hacia la Luna se halla iluminado por
el Sol y refleja hacia nuestro satélite bastante luz como para que en la
superficie lunar la iluminación sea comparable a la luz crepuscular de
un anochecer terrestre.
En astronomía, un claro es
la luz solar que un astro refleja sobre otro, y que disipa las
tinieblas de la noche en este último. El claro de luna es la iluminación
nocturna de la Tierra por la luz solar reflejada en la Luna.
La luminosidad artística del claro de luna se puede apreciar en las siguientes obras pictóricas y musicales:
En el año 1869 el poeta Paul Verlaine publica una colección de poemas llamada Fetes galantes (“Fiestas galantes”), entre los cuales se encuentra “Clair de lune” que sirve de inspiración a nuestro autor para componer su pieza y cuyo texto reza así: Vuestra alma es un exquisito paisaje, Que encantan máscaras y bergamascos, Tocando el laúd y danzando y casi Tristes bajo sus fantásticos disfraces. Siempre cantando en el tono menor, El amor triunfal y la vida oportuna Parecen no creer en su felicidad Y sus canciones se unen al claro de la luna. Al tranquilo claro de luna, triste y bello, Que hacen sonar los pájaros en los árboles, Y sollozar extáticos a los surtidores, Surtidores esbeltos entre los blancos mármoles. Clair de Lune Votre ame est un paysage choisi Que vont charmant masques et bergamasques Jouant du luth et dansant et quasi Tristes sous leurs déguisements fantasques Tout en chantant sur le mode Mineur. L’amour vainqueur et la vie opportune Ils n’ont pas l’air de croire a leur bonheur Et leur chanson se mele au clair de la lune, Au calme clair de lune triste et beau, Qui fait rever les oiseaux dans les arbres Et sangloter d’extase les jets d’eau, Les grands jets d’eau sveltes parmi les marbres
LA
CARA DE LA LUNA
Historias
tradicionales sobre sus orígenes
La versión mejicana más cercana al folclore popular, es aquella en la que...
“Quetzalcóatl, en la forma de un viajero, se sentó a descansar las piernas por sus interminables andanzas por el mundo. Un conejo se acercó a él, y al verlo agotado le ofreció el zacate que estaba comiendo para que repusiera sus fuerzas. El dios lo rechazó amablemente, pues él no se alimentaba de plantas. El conejo entonces le ofreció su carne como alimento arguyendo que como sólo era un conejo, eso era lo único que podía ofrecerle. Conmovido por este gesto, Quetzalcóatl volvió a su forma divina y arrojó al conejo hacia la luna haciendo que su imagen se estampara en la superficie de la misma. El dios le explicó que aunque sólo fuera un conejo todo el mundo recordaría su nobleza al mirar la luna”.
Buda y el conejo de la Luna
(leyenda china):
(Leyenda originaria de la India, que se transmitió y adaptó en China y en Japón).
Buda, en una de sus reencarnaciones, fue un conejo que
tenía como amigos a un mono, una zorra y una nutria. Un día el conejo propuso a
sus amigos que los días de Luna llena buscasen comida extra y se la diesen a
gente hambrienta. El primer día que hubo Luna llena, el mono trajo plátanos, la
zorra un cervatillo, y la nutria trajo pescado. Pero el conejo no pudo traer
nada, porque lo único que comía era hierba y eso no lo comen los humanos.
El conejo (Buda) se dio cuenta del gran problema en el que se había metido y decidió que ofrecería su carne como comida. Comunicó su decisión al Rey del cielo. Cuando llegó el momento, el Rey del cielo creó una fogata y el conejo saltó dentro de ella. Pero el fuego que había creado el Rey del cielo no estaba caliente y el conejo no se quemó.
El conejo se quejó de que ese fuego no quemaba y el Rey del cielo le dijo: – Lo importante es que tuviste buena voluntad y fuiste sincero cumpliendo tu promesa de dar tu propia carne como comida. Tu buena voluntad y tu proeza no serán olvidados.
A continuación, el Rey del cielo dibujó un enorme
conejo en la superficie de la Luna que recordaría a todas las futuras
generaciones la proeza y la buena voluntad del conejo.
Leyenda del conejo de la Luna (versión japonesa) y el
festival de la la contemplación de la Luna(Tsukimi):
El conejo de la luna (Tsuki no Usagi), es un elemento de la tradición japonesa inscrito en las leyendas populares. Los japoneses ven en la superficie de luna la imagen de un conejo machacando arroz con un martillo para preparar mochi. El mochi es un pastelito japonés hecho de arroz glutinoso molido en una pasta y después moldeado.
Ésta es una historia de sacrificio y entrega
que forma parte de la cultura japonesa. Como nota curiosa, después de narrarla,
suele explicarse, principalmente a los niños, que los conejos saltan tratando
de alcanzar a su héroe que descansa en la luna.
En muchas series de dibujos se aprecia la inclusión del conejo en referencia a la propia tradición japonesa. El ejemplo más notorio de ello es Sailor Moon, con el nombre de la protagonista, Usagi Tsukino (literalmente “conejo de la luna”).
La
historia del conejo también se observa en Saint Seiya (Caballeros del Zodíaco),
donde es relatada por Shiryu. Igualmente, en Dragon Ball incluyen ese elemento,
siendo Goku en esa ocasión quien se encarga de llevar el conejo a luna, o en
Doraemon, donde éste lleva a todos los niños a la luna a probar un pastel de
arroz hecho por el conejo.
Y, para quienes se sientan capaces de pelearse con los fogones:
Leyenda del costurero y su máquina (leyenda alemana):
Una vez un señor costurero, conocido por sus extraordinarios trajes fue visitado por un cliente muy particular, el señor Luna. Él estaba interesado en comprar un abrigo, de esos que usa toda la gente en la tierra durante la época de invierno. El costurero muy honrado y emocionado tomó las medidas del señor Luna y le dijo que en dos semanas estaría listo el abrigo.
Al cabo de semanas, llega el señor Luna a probarse el
abrigo, con la sorpresa que no le quedaba como esperaba. Se encontraba en
creciente y el abrigo se veía grande y colgaba. Para solucionar el
inconveniente el costurero tomó de nuevo las medidas y le dijo que en dos
semanas estaría listo. Pasadas dos semanas, llega muy emocionado el señor Luna
por su abrigo, pero, ¡oh sorpresa! el abrigo era muy pequeño, ella esta estaba
muy redonda y brillante.
La Luna triste y a punto de marcharse fue detenida por
el costurero, quien le propuso hacer dos abrigos, uno para usar cuando está en
creciente y otro cuando está llena. Emocionado y agradecido por sus servicios,
el señor Luna se llevo con él la imagen del costurero y su máquina para tejer,
la cual es posible ver sobre su superficie hoy día.
Una
de las más comunes percepciones occidentales es la de una cara, con ojos, nariz
y boca abierta, ilusión producida por diferentes mares de la Luna.
Según una vieja tradición europea, también puede verse la figura de un hombre llevando una ancha carga sobre sus espaldas. A veces es visto acompañado por un perrito.
Hay varias explicaciones sobre cómo llegó ese hombre o esa cara a la Luna.
Una
antigua tradición europea sostiene que ese hombre fue confinado a la Luna por
cometer un crimen. La tradición cristiana dice que el hombre fue pillado
mientras acarreaba leña en sábado y castigado por Dios a la muerte por
lapidación (Números, XV, 32-36).
Sin duda, ésta es una muestra muy pequeña del sinfín de relatos que han surgido a través del tiempo sobre la Luna, pero lo que se rescata de estos mitos es que, a pesar de las diferencias culturales tan grandes que guarda una civilización como la china y la teotihuacana, por ejemplo, la necesidad humana del mito como una interpretación del mundo es universal y se manifiesta en todas las geografías.
MENTIRAS...
Cuenta la leyenda, que una
noche ancestral, la Luna bajó a la tierra y se quedó enredada entre las ramas
de un árbol. En ese momento apareció un lobo y empezó a acariciarla con su
hocico y jugaron toda la noche, hasta que ella volvió al cielo y el lobo al
bosqu; y la Luna le robó la sombra al cánido para recordarlo para siempre y él, desde entonces, le aúlla en las noches de Luna llena para pedirle que se la devuelva…
Partimos de la base de que el aullido del lobo, al igual que el de muchos cánidos, es una forma de comunicación más, utilizada para alertarse unos a otros, en la época del celo, para marcar territorios, arropar a sus crías… Las noches de luna llena no tienen nada que ver con un incremento en los aullidos, aunque, como es verdad, en las noches despejadas de luna llena, la actividad siempre es mayor posibilitada por el aumento sustancial de la luminosidad de la noche.
¿Existe una cara oscura
de la luna?
La mayoría de los estudiantes de la escuela primaria
saben que la luna muestra solo una cara o lado a la Tierra. Esto es (más o
menos) cierto pero conduce a la idea de que hay un lado permanentemente
oscuro de la luna, un pensamiento inmortalizado en la música de Pink
Floyd y en otros lugares.
De hecho, el lado de la luna que se aleja perpetuamente de la Tierra no es más oscuro que el lado que vemos. Está completamente iluminado por el sol con la misma frecuencia (de día lunar), y está a la sombra con tanta frecuencia (noche lunar) como lo está el famoso rostro del Hombre en la Luna que vemos.
El lado de la Luna que mira hacia la Tierra da lugar
a otra idea errónea que muchas personas comparten, esto es, que solo vemos el
50% de la luna desde la Tierra. De hecho, solo el 41 por ciento del “lado
lejano” de la luna (un término mucho más preciso y preferible que el lado
oscuro) está constantemente oculto a los observadores terrenales.
La luna es perfectamente redonda.
A la vista, la luna aparece redonda, y es natural
suponer que en realidad es esférica en su forma, con cada punto en su
superficie equidistante de su centro, como una gran bola. Pero no lo es
tanto. La forma de la luna es la de un esferoide oblato, lo
que significa que tiene la forma de una bola ligeramente aplanada.
La luna exhibe una obliteración muy leve, pero más importante es el hecho de
que el "lado" de la luna frente a la Tierra es un poco más
grande que el lado que no vemos. Esto hace que sea ligeramente similar a la
forma del típico huevo de ave que es más grande en un "extremo" que
en otro. Por tanto, la luna no es exactamente esférica. La desviación es
pequeña, pero real.
La luna es blanca y
brillante
Cualquiera que haya visto luna llena sobre un cielo
despejado a altas horas de la noche tiene derecho a creer esto.
Comparativamente hablando, sin embargo, la luna no es particularmente
brillante ni realmente blanca. Parece muy brillante en relación con la
oscuridad del cielo, y por lo general se percibe blanca a la vista. ¿Recuerdan las
antiguas bombillas incandescentes? Ahora imaginen una bombilla de 100 vatios
ubicada a unos 50 metros de distancia y brillando en una noche completamente
oscura. Eso es, aproximadamente, lo brillante que es la luna llena en realidad.
No hay
gravedad en la luna.
Por supuesto, la luna sí tiene gravedad. La idea de
que la luna no tiene gravedad es francamente ridícula pero muy frecuente,
comenta el profesor Larry Sessions. Si mostramos una imagen de uno de los
astronautas del Apolo saltando alto o aparentemente flotando sobre la
superficie lunar, mucha gente opinaría que es porque no hay gravedad. Y aunque
la fuerza de la gravedad en la luna es sólo de aproximadamente un sexto
de lo que es en la Tierra, aún así, ahí está.
“Creo que este mito lunar, por más generalizado que sea, es simplemente un malentendido de lo que la palabra gravedad significa en física” asegura Sessions. Cada cuerpo físico, ya sea el sol, la tierra, la luna, un cuerpo humano o una partícula subatómica, todo lo que tiene sustancia, tiene una atracción gravitatoria. Si bien la viabilidad de medir su peso (la atracción de la gravedad) sobre objetos pequeños, como un grano de arena, puede debatirse, la fuerza existe y se puede calcular. Incluso los fotones de luz y otras formas de energía exhiben la gravedad. La gravedad mantiene cúmulos de galaxias, galaxias, estrellas, planetas y lunas juntas y / o en órbita alrededor unas de otras. Si cada cosa física no mostrara gravedad, el universo tal como lo conocemos no podría existir.
La luna mueve flujos
significativos dentro de las personas.
No hay duda de que la luna, o más bien su
gravedad, es la principal causa de las mareas de los océanos en la
Tierra. La gravedad del sol, por cierto, también aumenta las mareas pero su
efecto es menor. Algunas personas usan el hecho indiscutible del efecto de la
luna sobre las mareas para argumentar que la luna mueven flujos en el cuerpo
humano. Sin embargo, creer que las mareas oceánicas y las mareas humanas son
causadas por la luna revela un gran malentendido acerca de cómo funciona la
gravedad para producir mareas oceánicas.
En resumen, la gravedad depende de dos cosas: masa
y distancia. Las mareas se producen sólo cuando los dos objetos
involucrados (por ejemplo, la Tierra y la Luna) son ambos de tamaño astronómico
(¡mucho más grandes que un humano!), Y también cercanos (astronómicamente) en
distancia. La luna está a casi 400 mil kilómetros de distancia de nuestro
planeta (unas 30 veces el diámetro de la Tierra), y aproximadamente a 1/80 de
la masa de la Tierra. Por eso la luna sí ayuda a subir las mareas de la Tierra.
Si los efectos de las mareas fueran incluso mensurables en el cuerpo humano, que no lo son, serían del orden de una diez millonésima fracción de un metro, o aproximadamente una milésima del grosor de una hoja de papel. Alguien puede pensar que eso sigue siendo las mareas, ¿no? Quizás. Pero son mareas o flujos mucho más pequeños que los que se mueven dentro de su cuerpo cuando un camión pasa al lado por la carretera ... O incluso cuando otra persona se le cruza en la calle, por lo que éste otro falso mito sobre la luna.
Desde la antigüedad, las lunas llenas se han
asociado con comportamientos extraños o insanos, que incluyen sonambulismo,
suicidio, actividad ilegal, ataques de violencia y, por supuesto, la
transformación en hombres lobo. De hecho, las palabras "locura" y "lunático" provienen
de la diosa romana Luna, de quien se decía que montaba su carro de
plata en el cielo oscuro cada noche. De ahí una serie de falsos mitos sobre la
luna que se han ido perpetuando...
Durante miles de años, los médicos y profesionales
de la salud mental creían que existía una fuerte conexión entre la manía y la
luna. Hipócrates, considerado el padre de la medicina moderna, escribió en el
siglo V a. C. que "alguien de quien se apodera el terror, el susto y la
locura durante la noche recibe la visita de la diosa luna".
En la Inglaterra del siglo XVIII, las personas enjuiciadas por asesinato podían hacer campaña por una sentencia más leve por locura si el crimen ocurría bajo el influjo de la luna llena; mientras que, los pacientes psiquiátricos del Hospital de Bethlehem de Londres eran esposados y azotados como medida preventiva durante ciertas fases lunares. Incluso hoy, a pesar de los estudios que desacreditan la hipótesis, algunas personas piensan que las lunas llenas hacen que todos nos volvamos un poco locos.
La luna controla la
fertilidad.
Tal vez el origen de este falso mito sobre la luna
venga porque los ciclos menstruales y lunares son similares en longitud,
y de ahí que muchas civilizaciones tempranas creyeran que la luna determinaba
cuándo las mujeres podían quedar embarazadas (ver infra). Esto podría explicar por qué las deidades lunares
femeninas -desde la diosa china Chang'e hasta la mamá Quilla de los incas-
figuran de manera tan prominente en las mitologías de todo el mundo.
En la década de 1950, el médico
checo Eugene Jonas tropezó con un antiguo texto astrológico
asirio que afirma que las mujeres son fértiles durante ciertas fases de la
luna. Él basó todo un método de planificación familiar en esta hipótesis,
diciendo a sus pacientes que ovularan cuando la luna estaba en la misma
posición que cuando nacieron. El método sigue vigente en la actualidad en
algunas clínicas a pesar de que su fiabilidad es nula.
Según otra teoría que persiste hasta el día de hoy,
las lunas llenas causan un aumento en los nacimientos, inundando las salas de
maternidad con las futuras madres en proceso de parto. Sin embargo, estudios
recientes no han revelado evidencia estadística sobre auges de bebés inducidos
por la luna, y la mayoría de los expertos creen que cualquier efecto lunar
sobre la procreación es meramente literario.
La Luna afecta a la agricultura.
Todavía circula la antigua creencia de que cultivar
en fase de luna llena ayuda a que las plantas crezcan mejor y más rápido y por
tanto den mayores cosechas. Hay dos mecanismos que explicarían esta idea.
Por un lado, que igual que la Luna afecta a los
océanos creando las mareas, que tuviese un efecto similar atrayendo el agua y
la humedad del suelo y llevándolas hacia las semillas y raíces de las plantas.
Por otro, que las horas extra de luz que aporta la luna llena se sumasen a las
de luz del Sol y favoreciesen un crecimiento más rápido (aunque en realidad la
intensidad de la luz reflejada por la luna es demasiado débil para
impulsar la fotosíntesis).
No es fácil comprobar científicamente estas teorías
ya que habría que plantar las mismas semillas varios años seguidos para
descartar que en los resultados influyan las variaciones meteorológicas, de
horas de luz, de posibles plagas y de riqueza en nutrientes del suelo. Sin
embargo, la postura mayoritaria es que esa influencia es en realidad
inexistente y el mayor éxito que tienen los agricultores que siguen las fases
lunares se debe a una dedicación cuidadosa y una asociación de eventos que en
realidad no están relacionados.
Lo que sí puede ocurrir en algunos casos es
una curiosa versión del efecto placebo: las personas que cuidan sus
plantas o huertos hasta el punto de tener en cuenta las fases lunares a la hora
de sembrar o cosechar pueden ver mejorías por estas prácticas que, de hecho, se
deban a todos los cuidados añadidos que les aportan, y no al efecto
de las fases o a la luz lunar en sí.
Es creencia popular que en función de la fase en la
que esté la luna, nos crecerá más rápido el pelo, al igual que en otras fases
se nos caerá más…
Según los expertos, el pelo crece una media de 1 a
1,5 centímetros al mes, y esto se debe únicamente al folículo piloso, con lo
que la luna no influye nada en esto.
¡Y claro que el hombre pisó la Luna!
Este es uno de los más llamativos porque es al
contrario que los anteriores: en vez de creer algo que no es, los que lo
defienden no creen algo que sí fue: la llegada del hombre a la Luna.
Aseguran que se trató de un montaje propagandístico y que las pruebas
están en muchas de las imágenes y vídeos del supuesto momento en que
los tripulantes de la misión Apolo pisaron la Luna.
Una de las pruebas, aseguran, es el modo en
que ondean las banderas americanas en esos vídeos. Si en la Luna no
hay corrientes de aire, ¿qué las mueve? La explicación está precisamente en la
falta de aire y por tanto de rozamiento: el movimiento que les dieron los
astronautas en el momento de colocarlas se prolongó durante mucho más tiempo de
lo que lo haría aquí en la Tierra porque no había rozamiento.
Otra serían las sombras de los astronautas,
que en las fotos no aparecen paralelas o se ven astronautas iluminados en su
interior. La respuesta aquí está en la incidencia de la luz del sol sobre la
superficie lunar, y cómo ésta la refleja de forma diferente a como lo hace la
Tierra. También hay que tener en cuenta que la ausencia de aire en la
superficie de la Luna hace que objetos lejanos parezcan más cercanos, y eso
distorsiona un poco la posición que creemos percibir en todos los objetos
presentes en esas fotos.
Este mito es especialmente resistente al desaliento,
y corren foros de tinta sobre cómo cada detalle de cada foto es una prueba de
que los astronautas de la misión nunca estuvieron allí. Resulta tan exasperante
que en 2002, el astronauta Buzz Aldrin, el segundo hombre que puso
un pie en la Luna, le dio un puñetazo a un conocido negacionista que
lo acusaba (y acosaba) de estar mintiendo sobre su hazaña.
El refugio de las malas almas, de las tres parcas o de las brujas, ha sido desde luego, inspiración para muchos…
Aunque a día de hoy la ciencia haya conseguido
eliminar muchos de estos mitos, siempre seguirá manteniendo su halo de
“misterio” para los observadores de su vecino planeta.
...
Y VERDADES.
La Luna, además de ser nuestro satélite, siempre ha
sido un foco en la noche, y todas las culturas que han habitado la tierra,
siempre le han dado la categoría de deidad, culpándola o adorándola por su
influencia sobre el ser humano, la propia tierra, o las criaturas que habitan
en ella.
En la Luna no se puede silbar. La atmósfera de la Luna es tan liviana que el viento no puede correr, por lo que el sonido no se propaga. ... Y tampoco es posible hacerlo dentro del traje, ya que no hay aire suficiente dentro del casco del astronauta para que se escuchase el silbido.
La realidad es que no hay evidencias de que la luna llena en sí misma cause ningún efecto especial sobre los animales. Algunos de sus efectos, en cambio, sí que lo hacen. Por ejemplo, algunos peces, aves y reptiles ponen sus huevos o sincronizan sus migraciones con las mareas, partiendo o llegando en el momento de la luna llena, cuando las mareas están más altas.
En otros casos, es su luz la que afecta a los animales: las noches de luna llena muchos animales diurnos salen a cazar como si fuera de día mientras que otros que salen por la noche se quedan en sus guaridas para evitar el exceso de luz.
Ha llegando más gente a la Luna que a la profundidad del océano. Mientras se estima que a la Luna llegaron más de 12 hombres, al fondo del océano solo han accedido tres. Los primeros en lograrlo fueron Don Walsh y Jacques Piccard, en 1959, y nadie volvió a llegar a las profundidades hasta medio siglo después.
Todos los escorpiones emiten una fluorescencia cuando se iluminan con luz ultravioleta. Este fenómeno fue descubierto casi simultáneamente en 1954 por el zoólogo italiano M. Pavan y el zoólogo sudafricano R. F. Lawrence y revolucionó el estudio de la biología y ecología de los escorpiones gracias a que fue posible localizarlos y observarlos por la noche usando lámparas de luz negra.
Y lejos de la paradoja que podría parecer a primera instancia esta cualidad lumínica, resulta que los escorpiones emiten esta luz fluorescente pues gracias a ella pueden medir el grado de obscuridad de la noche. De algún modo funciona como un termómetro que les indica, a partir de un ejercicio comparativo entre la luz de la noche y la de su propio cuerpo. Gracias a este mecanismo el escorpión puede determinar cuánta luz está arrojando la luna sobre la noche y así conocer el grado de cautela que debe mantener para no ser descubierto.
La montaña más alta de la luna es casi tan alta como el Evest (9 km) y en la luna Leibnitz se levanta a 8.200 metros sobre nuestra romántica Luna.
En la luna son más frecuentes los terremotos que en la Tierra, y más fuertes. Además caen meteoritos de tamaño considerable. Los terremotos se suceden de 8 a 10 por día.
La palabra inglesa para mes, 'month', proviene de 'moonth', una forma sajona primitiva para Lunación,siendo la palabra Moon Luna en inglés, debido al primitivo uso de un calendario lunar en la cultura sajona.De forma similar, el nombre neerlandés de la Luna es Maan y la palabra neerlandesa para mes es maand.
En castellano el lunes es voz patrimonial del latín lunis, elisión del latín vulgar (dies) lunis (latín clásico (dies) lunae ) ‘(día) de la Luna’..
En el idioma turco la palabra Ay (mes) también significa Luna.
En el idioma Japonés y chino la palabra Luna y Mes se escriben con el mismo caracter (kanji en japonés o hanzi en chino).
En el idioma coreano las palabras 'luna' y 'mes' se escriben con el mismo carácter: 달 (lo que se conoce como hangul), debido a que la cultura emplea calendario lunar.
Los kiliwa creen que la luna es una potencia masculina,según su propia mitología, el dios de la luna fue el creador de todo el universo.
Una persona que pesa 90 kilos en la Luna pesaría 16 kilos.
Hasta ahora doce personas han caminado sobre la Luna.
Sin traje espacial en la Luna la sangre hierve instantáneamente.
La superficie de la Luna es más pequeña que Asia. Sabemos que este Satélite es mucho más grande que como lo vemos, pero tiene solo 38 millones de kilómetros cuadrados de superficie. De esta forma, es más pequeño que el continente asiático.
Selenofobia. Algunas personas tienen fobia a la Luna, o un miedo irracional a verla o a percibir su luz. En los casos graves, puede llevar a que estas personas cierren por la noche todas las ventanas de su casa para que no ingrese su luz, y a no salir de su casa por las noches.
La Luna se aleja de nosotros 3,8 centímetros al año. Cada día la Luna está más lejos de nosotros que el anterior. El satélite se aleja a una media de 3,8 centímetros de la Tierra cada año.
En la Luna no hay viento ni sonido.
La explosión más potente pudo verse sin telescopio. La mayor explosión registrada en la Luna fue el 11 de septiembre de 2013, y se debió al impacto de un meteorito. Tuvo una fuerza equivalente a la que tendrían 15 toneladas de TNT (dinamita) en la Tierra.
Los humanos ya dejamos basura en la Luna. En 2012 la NASA anunció que dos naves no tripuladas, de tamaño similar al de una lavadora, se estrellaron en la Luna porque su combustible les impedía realizar nuevas misiones.
El 13 de noviembre de 2009, la Agencia espacial de Estados Unidos NASA anunció el hallazgo de agua en la Luna.
MEDIA LUNA.
La media Luna es
uno de los símbolos más antiguos de la humanidad. Junto con el sol, apareció en
los sellos acadios 2300 años a.c. y desde al menos el segundo milenio a.c. fue
el símbolo de los dioses Mesopotámicos de la Luna, Nanna en Sumer y Sin en
Babilonia. La media Luna y la estrella también aparecen en las monedas preislámicas
de Arabia del Sur.
La
adoración lunar se practicaba en la península arábica al menos desde el año
2000 antes de la era común. Su símbolo más utilizado era el de la media luna
creciente. En la Arabia pre-islámica la diosa Luna era tan importante que su
emblema llegó a representar el país entero, y lo sigue haciendo.
Su presencia en el arte se remonta a la época de las pinturas rupestres (con ejemplos en Tassili n'Ajjer, Argelia) y su aparición es omnipresente en todas las culturas de la antigüedad, desde Egipto hasta Roma.
Luna e Islam.
Las
fases de la Luna y la media Luna evocan la muerte y la resurrección. Ibn
al-Mottaz, diez siglos antes que Víctor Hugo, dio con esta imagen
célebre: “Contempla la belleza de la medialuna que, recién aparecida
desgarra con sus rayos de luz las tinieblas. Como una hoz de plata, que entre
flores que brillan en la obscuridad, cosecha narcisos.”
En
la lengua árabe, la Luna se diferencia en sus tres etapas, la Luna desde
su nacimiento, es decir, el día de su salida como media Luna pequeña hasta que
toma su forma final circular, para llegar a esta última etapa.
1.
Su forma en los
primeros días (media Luna) ” HILAL”
2.
Cuando la Luna
representa justo un medio circulo se llama entonces ” BADR”
3.
Cuando toma su
forma circular se llama “QAMAR” (Luna)
Lo
primero que llega a la mente de los musulmanes cuando se quiere describir una
cosa excesivamente bella y mostrar su extrema perfección es decir un aspecto
semejante a la Luna. Para los pueblos del desierto, nómadas y caravaneros, la
noche trae el reposo y frescura que no tienen durante el día, la noche es contenedora
y dulce. Es considerada el guía de las noches. Al parecer, la idea del
destino del hombre en la tierra, la transitoriedad de la vida y la Luna
llamaron la atención de la imaginación de los beduinos y se convirtieron en uno
de los temas más frecuentes de la poesía árabe.
Las letras del alfabeto se diferencian en solares y lunares.
Luna y Corán.
El Corán emplea un simbolismo lunar en que
las fases de la luna y la media luna evocan la muerte y la resurrección.
“El
Profeta refleja a Dios como la Luna refleja la luz del sol. Así el místico que
vive del fulgor de Dios se asemeja a la Luna, por la cual se guían de noche los
peregrinos”. Jalal-od Din Rumi
(muerto en 1273),
En la
religión islámica el hilal o Luna creciente es uno de los símbolos
más sagrados del Islam, su grosor determina cuándo se deben realizar
ciertas prácticas religiosas.
El
Corán dice que “existen estaciones fijas
para la humanidad y la peregrinación” (2:189), así la aparición del hilal
representa la llegada de un nuevo mes en el calendario islámico que
se rige por las fases de la Luna donde el primer día lunar es marcado
por la peregrinación de los musulmanes hacia la Meca.
Ramadán empieza con el noveno cuarto creciente (hilâl) del
año, y hay que procurar verlo en su primera noche. El mes que precede a Ramadán
es Shabân. Si la noche veintinueve de Shabân es nublada y no se puede saber si
ha aparecido o no la Luna de Ramadán (y lo relevante es verla -ruya-), se
considera que Shabân cumple su día número treinta y no se empieza a ayunar
hasta el día siguiente, que será necesariamente primero de Ramadán porque
ningún mes lunar puede tener más de treinta días. Quien no haya visto
personalmente la Luna, pero le es confirma su salida por alguien digno de
confianza (‘adl) que haya sido testigo de la aparición del creciente, está
obligado a ayunar al día siguiente. Si la luna se ve en una región y no en otra
que le sea colindante y lo bastante próxima como para tener conocimiento del
hecho, el ayuno es obligatorio en ambas. Si la otra región es lejana, cada país
tiene su propia
La
órbita de la luna alrededor de la tierra dura aproximadamente 29.53 días, que
es la duración media de un mes lunar. A medida que se desplaza alrededor de la
tierra presenciamos lo que llamamos las fases de la luna, creciendo desde que
no se ve hasta la luna llena, pasando por el creciente, vuelta al menguante y a
la invisibilidad.
El calendario musulmán es un
calendario lunar de doce meses. Cada mes consta de 29 días, 5 horas, 5 minutos
y 35 segundos. El año lunar de doce meses es 359 días, 11 días más corto que un
año solar. Dado que la duración media del mes lunar es de 29.53 días (lo que
supone una diferencia de 8 horas y media al año) el calendario se divide en ciclos
de 30 años. Durante los primeros 19 años, Dhu’l Hijja (el de la peregrinación, duodécimo) tiene 29 días y durante los 11
restantes, tiene 30 días. Esto sitúa al calendario en concordancia con la luna
(con una diferencia de tres segundos solamente).
La
observación de la luna nueva es relativamente simple, si hay un cielo claro, no
cubierto y unas condiciones climatológicas favorables. La luna nueva sale por
el Este por la mañana temprano. En el momento en que se puede ver, se pone por
el Oeste justo antes de la caída de la noche. Entre el punto por el que sale y
el punto por el que se pone, se mueve en un arco.
La
luna nueva será visible para los ojos, si las condiciones de la atmósfera son
favorables, por un momento justo antes de la puesta del sol y durante hora y
media después, o cuando la última luz diurna abandona el cielo. Se puede ver la
luna nueva durante este tiempo mirando encima del horizonte hacia el Oeste, por
donde el sol se ha puesto.
Pero todo esto no debe inducir a error, el Islam considera que la adoración a símbolos u objetos materiales va en contra del monoteísmo. Por tanto, si bien no son aceptados como símbolos religiosos, sí lo son como parte de la simbología de la cultura árabe.
LUNA DE SANGRE.
Astronómicamente, uno de los motivos por los que se llama "Luna de sangre" es por su color rojizo. Este tipo de luna se produce durante los eclipses lunares totales. Cuando ocurren, la Tierra se sitúa entre la Luna y el Sol, tapando la luz del Sol que se refleja en la Luna.
Entonces, la única luz que le llega a la superficie
de la Luna es la de los extremos de la atmósfera terrestre. Las moléculas de
aire de la atmósfera reparten la mayor parte de la luz de color azul. La luz
restante se refleja en la superficie de la Luna y adquiere un color rojizo que
hace que parezca que la Luna "sangra" en el cielo nocturno.
El nombre "luna roja o de sangre" también
se usa para describir la Luna cuando se ve de este color por las partículas de
polvo, humo o niebla que hay en el cielo. Es una de las lunas llenas que vemos
en otoño cuando las hojas de los árboles también se ponen de color rojo.
Popularmente, es también uno de los nombres con los que se conoce la menstruación.
El
simbolismo de la Luna se manifiesta en correlación con el del Sol. Sus dos
caracteres más fundamentales derivan de que la Luna carece de luz propia y no
es más que un reflejo del Sol; además de que atraviesa fases diferentes y cambia
de forma. Por esto simboliza la dependencia de la mujer y los cambios que
presenta mensualmente. Lo anterior se hace más evidente al analizar el origen
de la palabra Luna. Ésta deriva del latín Luna-ae, la Luna; por
contracción de lucina, lo relativo al nacimiento, o dado a la luz; del luceo,
xi, ere, lucir, brillar; de lux, lucis, la luz. El nombre
griego de la Luna, Selene, deriva de selenon, pequeña Luna;
diminutivo de Selene-es, Luna llena, blanca, clara; que viene
de selas, selaos, claridad, fuego, luz brillante, éste
de ele o eile-es, calor del Sol, rayos del Sol;
porque lo refleja la Luna llena.
El monstruoso poder de la menstruación
La
pérdida mensual de sangre en la mujer representó un hecho que, por ser un signo
externo y evidente, llamó la atención de los pueblos de la antigüedad, y, por
ello, no es de extrañar que se relacionara con temores sociales o personales, y
que fuera rodeada de diversas supersticiones. La palabra
superstición, de acuerdo con la Academia de la Lengua Española, es una
propensión, causada por temor o ignorancia, a atribuir carácter sobrenatural u
oculto a determinados acontecimientos.
Tal
vez uno de los primeros temores inspirados por la menstruación haya ocurrido en
la prehistoria, en grupos sociales
formados por cazadores, ante el riesgo de que al contaminarse con la sangre
menstrual pudiese atraer animales y aumentara el riesgo de ser atacados.
Para
los persas (800 a.C.), la mujer que
había tenido un hijo, igual que la mujer que estaba menstruando, era
"impura" y se las aislaba por cuatro o más días en un cuarto que
tenía desparramada paja seca y alejada quince pasos del fuego y el agua, los
elementos limpios.
En
la India oriental (Siglo VI a.C.),
los ritos védicos de purificación de la mujer menstruante eran muy precisos, y
establecían que la mujer debía frotarse los dientes, hacer gárgaras doce veces
y lavarse manos y pies; posteriormente zambullirse doce veces en el río, y tras
salir de él, frotarse con lodo que llevara estiércol fresco, volver a
zambullirse en el agua treinta y cuatro veces, y repetir las friegas de lodo;
repetir la inmersión veinticuatro veces, frotarse el cuerpo con azafrán y, para
terminar, otros veinticuatro chapuzones más.
En Grecia (600 a.C.), fue considerada
como una forma de eliminación de sustancias dañinas al cuerpo de la mujer y al
paso del tiempo este concepto se mezcló con las ideas populares y mágicas de la
medicina romana (Siglo I d.C.), convirtiéndose en un elemento peligroso para
las personas, plantas y animales.
En el Talmud judío, escrito entre los siglos II y IV d.C., se anota: "Una mujer menstruante es impura por siete días y tiene que realizar un ritual de impureza aunque sangre menos de siete días." Un hombre que cohabita con una mujer menstruante merece una pena de muerte celestial y es azotado por decreto rabínico. Las mujeres menstruantes tienen que ser separadas de sus esposos.
Cuando
estos conceptos judíos de impureza y peligro de la sangre menstrual entraron en
contacto con la filosofía cristiana,
se los relacionó inmediatamente con la imperfección de la mujer, y dio lugar a
nuevas posibilidades interpretativas de las diferencias biológicas entre los
dos géneros. El pecado de Eva hace que la mujer sea veleidosa y con tendencias
malévolas, en tanto que el hombre se convierte en el ejemplo de convicciones
firmes y con tendencia benévola. El supuesto efecto pernicioso de la sangre
menstrual llevó a establecer una serie de prohibiciones sociales que afectaban
directamente a las mujeres menstruantes. Como ejemplo, en el primer concilio
ecuménico realizado en Nicea, ciudad del Asia Menor, hoy Turquía, el año 325
d.C., se prohibió la entrada en las Iglesias a las mujeres que estuvieran
menstruando.
LA LUZ SE APAGA.
Los eclipses lunares se
clasifican en parciales (sólo una parte de la Luna es ocultada), totales (toda
la superficie lunar entra en el cono de sombra terrestre) y penumbrales (la
Luna entra en el cono de penumbra de la Tierra). La duración y el
tipo de eclipse depende de la localización de la Luna respecto de
sus nodos orbitales.
Eclipse penumbral (o Apulso): ocurre cuando la Luna pasa a través de la penumbra terrestre. La penumbra ocasiona un sutil oscurecimiento en la superficie lunar. Si sólo una pequeña parte de la Luna entra en la región penumbral, el eclipse resultante es de muy difícil observación a simple vista y se denomina penumbral-parcial. Un tipo especial de eclipse penumbral es el penumbral-total en el cual la Luna entra totalmente en la penumbra, sin pasar por la umbra. Este último caso de eclipse penumbral es muy infrecuente (unos tres por siglo).
Pero no todas las lunas llenas tienen el mismo aspecto, veamos algunas de estas lunas llenas tan poco habituales:
Luna roja o luna de sangre (ver supra)
Superluna: La "superluna" se da cuando la Luna que se ve mucho más grande de lo normal. El motivo por el que se ve más grande es que se encuentra más cerca de la Tierra. De hecho, los astrónomos no la llaman "superluna", sino luna llena en perigeo, refiriéndose a que se encuentra en el punto más cercano a la Tierra de toda su órbita.
Luna azul: La luna azul no es azul, realmente. De hecho, no tiene un aspecto distinto de las lunas llenas que podemos ver cualquier mes del año. Sin embargo, la luna azul es especial porque se trata de una luna «extra» en una estación que, normalmente, tendría cuatro lunas llenas. Este evento suele producirse cada dos años y medio. Desde la década de 1940, el término "luna azul" también se ha usado para denominar la segunda luna llena que se produce en un mismo mes. Esto también ocurre aproximadamente cada dos años y medio.
Luna de cosecha: El término "luna de cosecha" se refiere a la luna llena que se produce cerca del inicio del otoño. El nombre proviene de antes de que se usara la electricidad, cuando los agricultores dependían de la luz de la luna para poder trabajar en la cosecha hasta más tarde. La luz de la luna era particularmente importante durante el otoño, cuando hay mucho más trabajo en los campos.
Luna de fresa: La Luna de fresa sólo ocurre una vez cada 50 años, aproximadamente. Se trata de la combinación entre el fenómeno de luna llena y el comienzo del verano en el Hemisferio norte y el invierno en el Hemisferio sur.Estos dos eventos suceden periódicamente, pero ocasionalmente ocurren en el mismo momento, el último ocurrió en 1957 y el próximo será en 2062.
La denominación Luna de Fresa (Strawberry Moon en inglés) se le atribuye en el Hemisferio Norte y tiene relación con "la corta temporada de cosecha de las fresas en el noreste de América del Norte"; en Europa suelen llamarla Luna Rosa o Luna de junio.
Los hindúes a principios de nuestra era trataron de explicar los
eclipses de luna mediante el mito
de Rahú (que se cuenta en el Bhágavat Purana,
entre otros). Los semidioses y los demonios batieron
el océano de leche (uno de los siete exóticos océanos lejanos, dentro
de este mismo planeta) para extraer el néctar de la inmortalidad.
Cuando éste se produjo, una forma femenina del dios Vishnú los hizo formar en fila.
Primero le entregaría un trago a cada semidiós y luego repartiría el resto
entre los demonios.
Rahú entonces
adoptó forma de semidiós para participar en la primera dosificación de néctar.
Cuando le tocó su turno y levantó la copa para tomar una gota de
néctar, Soma (dios de la Luna) se dio cuenta de la impostura y
avisó a Vishnú, quien le cortó la cabeza al demonio con su disco chakra.
Como Rahú ya tenía la gota de néctar en la boca, su cabeza se volvió inmortal,
quedó colgada de la bóveda celeste y cada cierto tiempo se come a la Luna en venganza.
Cuando sucede un eclipse, los
hindúes se ocultan temerosos en sus casas, ya que lo consideran un
acontecimiento desfavorable
29 de enero de 1137 a. n. e.
La primera mención de un
eclipse lunar se encuentra en el libro chino Zhou-Shu, un libro de
la dinastía Zhou. El libro fue descubierto en 280 d.C., en la tumba de
un rey o noble. El eclipse mencionado en este libro tuvo lugar muchos siglos
antes de esa época.
9 de octubre de 425 a. C.
Cuando aún no se entendía la
naturaleza de los eclipses, a menudo, eran asociados con fuerzas
sobrenaturales. Las brujas de la región griega de Tesalia afirmaban
tener la capacidad de extinguir la luz de la Luna y bajarla del cielo. En su
famosa comedia Las nubes (419 a. C.), Aristófanes describe el eclipse
que tuvo lugar dos años antes.
la luna abandonó su rumbo y el sol en seguida veló su
rayo amenazador, ya no para darte luz, si Cleon se hacía general...
28 de agosto de 413 a. C.
Este eclipse ocurrió durante
la Segunda Batalla de Siracusa. Justo cuando los atenienses se preparaban
para zarpar de regreso a casa, hubo un eclipse lunar y Nicias,
descrito por Tucídides como
un hombre particularmente supersticioso, preguntó a los sacerdotes qué debía
hacer. Los sacerdotes sugirieron que los atenienses esperaran otros 27 días y
Nicias estuvo de acuerdo. Los siracusanos se aprovecharon de esto y 76 de sus
barcos atacaron 86 barcos atenienses en el puerto. Los atenienses fueron
derrotados y Eurimedonte murió. Muchos de los barcos fueron empujados
a la orilla, donde Gilipo los esperaba. Mató a algunas de las tripulaciones
y capturó 18 barcos varados, pero una fuerza de atenienses y etruscos obligó a
Gilipo a retroceder.
22 de mayo de 1453
Este eclipse parcial de luna
se vio durante la caída de Constantinopla (la toma de la capital
del Imperio bizantino), durante el asedio que duró desde el jueves 5 de
abril de 1453 hasta el martes 29 de mayo de 1453), tras lo cual la ciudad cayó
en manos de los otomanos. Se consideró que el eclipse lunar estaba
cumpliendo una profecía sobre la desaparición de la ciudad. Se dice que tuvo
lugar una luna de sangre durante el eclipse.
30 de junio de 1503
Cristóbal Colón encalló
sus dos últimas carabelas y quedó varado en Jamaica. Los indígenas de
la isla dieron la bienvenida a Colón y su tripulación y los alimentaron, pero
los marineros de Colón engañaron y robaron a los nativos. Después de seis
meses, los nativos detuvieron el suministro de alimentos.
Colón tenía a bordo
un almanaque y anotó la fecha y la hora del eclipse lunar próximo , y
así usó esta información a su favor. Solicitó una reunión para ese día con
el cacique y le dijo que su dios estaba enojado con el
trato que la gente local le daba a Colón y sus hombres. Colón dijo que su dios
proporcionaría una clara señal de su disgusto al hacer que la luna llena
pareciera "inflamada de ira".
El eclipse lunar y la luna
roja aparecieron según lo programado, y los indígenas quedaron impresionados y
asustados.
con grandes aullidos y lamentos llegaron corriendo de
todas direcciones a los barcos cargados de provisiones, rogando al almirante
que intercediera ante su dios en su nombre...
Colón calculó la duración del
eclipse con su reloj de arena, y poco antes de que terminara por completo
después de 48 minutos, le dijo a los asustados indígenas que iban a ser
perdonados. Cuando la Luna comenzó a reaparecer de la sombra de la Tierra, les
dijo que su dios los había perdonado.
15 julio de 1916.
"Pensé que nos iba a dejar en la oscuridad, pero quedaba una pequeña parte para iluminarnos ..."
Aunque el eclipse continuó durante unas horas, los hombres tuvieron suerte porque sólo fue un eclipse parcial. Llegaron al cabo Evans más tarde el mismo día.
En 1889, Mark Twain utilizó una trama similar en su novela, Un yanqui en la corte del rey Arturo. En esa novela, Hank Morgan, un residente del siglo XIX en Hartford, Connecticut, después de un golpe en la cabeza, se despierta para encontrarse inexplicablemente transportado en el tiempo a la Inglaterra medieval en la época del legendario Rey Arturo. Cuando Morgan está a punto de ser quemado en la hoguera, finge conjurar un eclipse solar que sabía que estaba a punto de ocurrir; esta predicción salva la vida de Morgan.
Otra novela que utilizó una
escena de eclipse solar inspirada en el eclipse lunar de Colón fue la novela
histórica de Bolesław Prus, El
Faraón.
De la Tierra a la Luna. Jules Verne nos habla de un viaje a nuestro satélite.
Aparte de las que pueden encontrarse en los diferentes post dedicados por este blog a la noche, hay innumerables canciones en todas las culturas basadas en la Luna, sus mitos y leyendas. Una selección menos clásica que la de anteriores post con el mismo nexo de unión, sería la siguiente:
Comenzaremos con la célebre canción infantil francesa Au clair de la lune.
También China le canta a la
Luna en su festival de otoño.
Frank Sinatra grabó Fly me to the Moon
en 1964 en el álbum It Might as Well Be Swing con Count
Basie, convirtiéndose en la versión que muchas personas identifican de ésta. La
música para este álbum fue arreglada por otro grande del jazz Quincy Jones,
quien había trabajado con Basie un año antes, en el álbum This Time by
Basie, que también incluía una versión de "Fly Me to the Moon".
La escucharemos en una versión grabada un año después en directo en The Kiel Opera House, St. Louis:
Canción escrita en 1954 por Bart Howard. Desde entonces, se ha convertido en un estándar del jazz frecuentemente grabado, a menudo presente en la cultura popular; la versión de Sinatra de 1964 estuvo estrechamente asociada con las misiones Apolo hacia la Luna. También fue usada más recientemente en la serie animada japonesa Neon Genesis Evangelion como la música de cierre, al final de cada episodio y también como tema principal en el juego Bayonetta.
“Cuando parta, dejadme ser, como la Luna, amigo del agua.”