Platos típicos, Francia


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Ratatouille



Como plato colorido, sabroso, nutritivo y fácil de preparar, el ratatouille es una de las recetas más típicas del patrimonio culinario francés.

La palabra “ratatouille” deriva de la palabra occitana ratatolha que define, ya en el siglo XIV, una preparación de verduras guisadas. Esta palabra proviene de las cantinas militares, donde se preparaban platos elaborados con verduras, frijoles, papas, pan y carnes grasas. Un plato muy sencillo pero sumamente nutritivo, adaptado para ser preparado rápidamente con el fin de aportar las energías necesarias para afrontar los combates.

El término “ratatouille” parece haber sido utilizado por primera vez a principios del siglo XIX, en el Journal des sciences militaires des armées de terre et de mer (1831). Unos años más tarde, Simon Jude Honnorat (1848) en su diccionario provenzal-francés dio la siguiente definición: “Sobras de comida, comida calentada, estofado malo, sopa para ratas”. ¡Sólo eso!

A fines del siglo XIX, su abreviatura “rata”, utilizada en la jerga militar, definía una mezcla de frijoles y papas, luego, una mezcla de vegetales y carne.

Como todo plato tradicional, el ratatouille también tiene orígenes en la cocina campesina. Los campesinos de Provenza preparaban originalmente este plato con lo que podían encontrar más fácilmente, especialmente las verduras de su huerta como las berenjenas, las calabazas y los tomates, además del ajo.


Coq au vin

Uno de los platos más tradicionales de Francia es su famoso Coq au Vin o pollo estofado con vino tinto, proveniente de la región de Occitania.

 Se acompaña de una guarnición llamada “a la francesa” compuesta por lardons, cebolletas, champiñones y zanahorias. Esta guarnición a veces puede contener tostadas de pan con mantequilla y hojas planas de perejil.

¿Cuál es el origen del coq au vin?

Se desconoce el origen exacto del coq au vin, pero esta receta está llena de leyendas. Aparece, sin embargo, entre el centro y el este del país. Las regiones de Auvernia, Borgoña, Dijon, Alsacia, Franche-Comptoise, Bresse y Champagne se disputan quién es el padre del coq au vin.

La leyenda comúnmente aceptada del origen del coq au vin se encuentra en Auvernia. El jefe de la tribu de los arvernos, el célebre Vercingétorix, habría enviado un gallo galo a su enemigo Julio César, que asediaba Gergovia en el 52 a. C. Un episodio que se puede encontrar en La guerre des Gaules.

Monton de post-its
Vercingétorix arroja sus armas a los pies de Julio César', por Lionel Noel Royer (1899).


Vercingétorix habría enviado este gallo, símbolo en los galos del espíritu de lucha y el valor. Julio César le propuso entonces a Vercingétorix que viniera a cenar antes de la batalla, le habría hecho servir este gallo cocido en vino (símbolo romano) y en octubre del año 52 a.C., el galo Vercingétorix, jefe de la tribu de los arvernos, se rindió, después de varios meses de sitio, ante las poderosas tropas romanas dirigidas por Julio César, con lo que la Galia perdió su independencia y se convirtió definitivamente en una provincia romana.

No se menciona el coq au vin durante la reinvención de la cocina francesa en los siglos XVII y XVIII, ni en el apogeo de la cocina burguesa en el siglo XIX. El gallo no atrae las miradas de los cocineros, que lo consideran demasiado firme. Además, el gallo es útil para la reproducción, no hay razón para comerlo.

No fue hasta el siglo XX cuando reapareció gradualmente en Borgoña. Rápidamente se convirtió en un plato emblemático, rico en símbolos.

Los grandes gastrónomos franceses del siglo XIX como Alexandre Dumas, Jules Favre o Brillat Savarin especifican que el gallo no es comestible. Sin embargo, las crestas y los riñones (que son, en realidad, los testículos del animal) son muy apreciados por estos mismos gourmets.

Hoy en día, este plato, aunque emblemático, rara vez se consume en Francia.

A veces el coq au vin se prepara en familia con motivo de grandes ocasiones como las fiestas de fin de año. En este caso, los gallos reales a veces están disponibles por pedido en ciertas tiendas avícolas especializadas.

Confit de pato

El confit es una técnica de elaboración de alimentos que ayuda en la conservación. Se originó en Francia, más precisamente, en la región de Gascuña.

La palabra confit viene del francés confire, que significa conservar. En la Edad Media, el término se empleaba para referirse a la técnica de cocer las frutas y conservarlas en almíbar o miel. Más tarde, se pasó a emplear también para las carnes.  

Se dice que el confit de carne empezó con la carne de cerdo, que se cubría con la manteca de cerdo para conservarla. Sobre el confit de carne de pato, se sabe que empezó a elaborarse en el siglo XVIII en Bayona, debido a que la carne de pato es muy sabrosa y nutritiva y pasó a ser un manjar que nunca faltaba en la mesa de reyes y emperadores.


Quiche Lorraine



La quiche Lorraine es uno de los platos más populares de la gastronomía francesa, tanto que ha llegado a internacionalizarse, así como a instalarse por todos los rincones del mundo.

¿Cuál es el origen de la quiche Lorraine ?

Tiene su origen en la región de Lorena, al noreste de Francia, más específicamente en Nancy, su capital. La palabra quiche deriva del vocablo “küchen” en el dialecto lorenés y, a su vez, este término proviene del alemán “kuchen”, que significa “pastel”.

 La quiche Lorraine es conocida como la receta original de la cual se desprenden otras variantes de quiche. Dicho quiche se rellena únicamente de huevos y nata fresca o crema de leche. Sus primeros registros datan del año 1605. Luego, durante el siglo XIX, se le añadieron las pequeñas tiras de tocino, fresco o ahumado, que es lo que la caracteriza en la actualidad.


Cassoulet


El nombre de este plato de cocción lenta proviene de una olla tradicional, llamada cassole: una olla de barro profunda y con bordes gruesos para evitar que el contenido se derrame. Los habitantes de Castelnaudary reivindican el título de "Capital Mundial del Cassoulet" y dicen que este plato se sirvió por primera vez en 1355, como comida para los defensores de la ciudad, que estaba sitiada en ese momento

¿Cuál es el origen del cassoulet?

 El origen del cassoulet se remonta a la Edad Media. El cassoulet ya está documentado en el siglo XI. La leyenda dice que el cassoulet, tan apreciando en la cocina occitana, fue inventado en plena Guerra de los 100 Años durante el asedio de Castelnaudary por los ingleses.

Sus habitantes, amenazados por el hambre, reunieron todo lo que tenían para alimentar a los soldados de la ciudad. Pusieron tocino, cerdo, habas, salchichas y carne a cocer a fuego lento en una gran cazuela de barro. Fortalecidos por esta comida, los soldados del cantón de Bassin chaurien expulsaron a los ingleses del Lauragais.

 Si bien la historia suscita una sonrisa, es indudable que el cassoulet ha sobrevivido al paso de los siglos, hasta afirmarse como un patrimonio culinario emblemático.

En la actualidad, las habas han sido sustituidas por alubias y el cassoulet se sirve exclusivamente en su inusual recipiente: la Cassole.

 La «cassole» de los hermanos Not

 


El taller alfarero Not es el más antiguo del sur de Francia y famoso por su cerámica de cocina, sobre todo, por la famosa «cassole», ¡la cazuela de barro indispensable para elaborar un verdadero cassoulet!

 El cassoulet, este plato mítico de la región, adoptó simplemente el nombre de la olla de barro en la se cocinaba. Este es el único lugar de Francia, en el que la «cassole» se lenguado se tornea a mano, ¡en tornos que datan de 1830!

La «cassole» es el objeto local por excelencia de cuya creación se encargan los alfareros de Issel, un pueblo de Lauragais de donde se extrae la tierra que sirve para fabricarla.

 

 

Vichyssoise




 es una espesa sopa aterciopelada francesa hecha con puerros, papas y crema, que tradicionalmente se sirve fría.

Vichyssoise, fue creado en 1917 por el chef francés Louis Diat para los clientes del Ritz Carlton en la ciudad de Nueva York. Diat se inspiró en el clásico potage bonne femme francés.

Mientras creaba el menú de verano para los clientes, recordó su sopa favorita de patatas y puerros que su abuela solía prepararle cuando era niño y añadían leche para enfriar la sopa caliente.

Recreó la comida más reconfortante de su infancia y llamó a esta sopa crème vichyssoise glacée en honor a la ciudad, Vichy, donde creció.


SOPA DE CEBOLLA



Los romanos llamaban a esta sopa “sopa de los pobres”. Es una sopa antiquísima (se conservó la tradición medieval de verterla sobre una rebanada de pan) Aparece en la edición más antigua del libro de cocina del siglo XIV, llamado Le viandier, de Taillevent, conservado en la Biblioteca Nacional de Francia. La costumbre de añadirle queso rallado es, lógicamente, muy posterior.

Era un plato humilde elaborado con ingredientes 'sencillos', a veces identificado con las épocas de hambruna. Esta sopa ganó su fama en el siglo XIX, cuando se extendió en París la costumbre de tomar algo caliente en los pocos sitios abiertos a altas horas de la madrugada, en las tabernas y restaurantes que rodeaban las Halles de París, el mercado central de abastos. La sopa de cebolla pasó de ser la sopa que tomaban los trabajadores del mercado a ser también un tentempié para noctámbulos. En la segunda mitad del siglo xx las Halles fueron derribadas, pero la tradición no sólo se mantuvo en ese barrio parisino sino que se extendió y se incorporó alas costumbres de los franceses de todo el país. 


Boeuf Bourguignon


Plato histórico y clásico de la cocina francesa conocido en todo el mundo: el boeuf bourguignon: se trata de buey estofado en vino tinto de Borgoña, ajo, cebolla, hierbas y setas. Al ser la carne de buey bastante dura, se suele cocinar a fuego lento durante horas, (Normalmente este plato se cocinaba durante dos días). Es un plato potente y muy rico.

En Borgoña, la tradición de la buena comida se estableció gracias a la destreza culinaria de la corte ducal de Felipe II el Audaz(en la imagen) entre lossiglos XIV y XV. En particular, debido a la presencia de materias primas excepcionales. Por ello, su gastronomía sigue siendo hoy en día el atractivo más irresistible de esta generosa región.

En ese momento, las cocinas más espectaculares de Borgoña eran las del palacio de los duques de Dijon, construido en 1435. Consistían en una gran sala con enormes chimeneas donde se podían cocinar seis bueyes con al menos treinta cocineros moviéndose constantemente entre los vapores y las llamas.

El primer chef que publicó la receta fue Auguste Escoffier y lo hizo a principios del s. XX, en 1903 utilizó una pieza completa de buey para hacer este estofado, llevándolo a formar parte de la alta cocina.


Escargots


Los caracoles son un plato o entrante típico francés. 

Plinio el Viejo ya mencionaba los caracoles en su obra Naturalis historia, ya que los romanos fueron la primera civilización de la que queda constancia un consumo habitual de caracoles. Aunque pueda resultar curioso, poco ha evolucionado su obtención y sus recetas, ya que los romanos incluso tenían criaderos relativamente similares a los actuales a los que llamaban coclearia

En los países católicos culturalmente la tradición ha continuado porque durante la Edad Media los caracoles consistían en un buen sustituto para la carne en tiempo de Cuaresma, y eran un producto muy fácil de obtener de modo gratuito.

Se agrega una cantidad generosa de mantequilla con sabor, conocida simplemente como mantequilla de caracol. Esta mantequilla se compone de perejil, ajo, chalotes, sal y pimienta. Se suele preparar una docena de caracoles por persona.


Las conchas rellenas se disponen armoniosamente en un molde y todo se mete en el horno para calentar los caracoles y derretir la mantequilla. Este aperitivo se sirve con tenedores de dos puntas, pinzas para mantener calientes las conchas y una buena hogaza de pan de campo o baguette.


Croque Monsieur


Rey indiscutible de los bistrós parisinos, que aún es muy común en la mayoría de los bistrós de toda Francia.

¿Qué es un croque-monsieur?

Un croque-monsieur es un típico bocadillo francés preparado con pan, jamón y queso, generalmente Emmental y/o Gruyère. Su versión más elaborada suele incluir salsa bechamel.

¿Cuáles son las variantes de croque-monsieur?

La variante más famosa es el croque-madame, se remata con un huevo frito. Algunos diccionarios de alimentos atribuyen el nombre a la similitud del huevo frito con el sombrero de una mujer. El famoso chef francés Jacques Pépin creó una versión del croque-madame utilizando pollo en lugar de jamón.

También está el croque-mademoiselle, que es la versión vegetariana del croque monsieur.



¿Cuál es el origen del croque-monsieur?

Esta palabra habría aparecido por primera vez en 1901 en un café parisino llamado Le Bel Âge situado en el boulevard des Capucines. El propietario del bistrot, Michel Lunarca, se ganó una reputación de caníbal probablemente extendida por sus competidores en el 2º arrondissement (distrito) que no apreciaron la llegada de este nuevo café que era muy popular entre la alta sociedad.


Un día, como le faltaba la tradicional baguette francesa, hizo un bocadillo con pan de molde, que ofreció a sus clientes. Uno de ellos exclamó: “Michel, ¿qué carne tiene?”. Lucarna respondió con un chiste: “¡Carne humana! ¡Carne de caballero, por supuesto!”, lo que hizo reír a todos, tanto que todos se apresuraron a pedir el “bocadillo de carne de hombre”. Al día siguiente, el dueño del bistrot agregó "croque-monsieur" (bocadillo de hombre) al menú.

Es Marcel Proust, en 1919, quien populariza el croque-monsieur, en su famoso libro À l'ombre des jeunes filles en fleurs donde menciona el famoso bocadillo.



"Or, en sortant du concert, comme, en reprenant le chemin qui va vers l’hôtel, nous nous étions arrêtés un instant sur la digue, ma grand-mère et moi, pour échanger quelques mots avec madame de Villeparisis qui nous annonçait qu’elle avait commandé pour nous à l’hôtel des croque-monsieur et des œufs à la crème…"


"Ahora bien, al salir del concierto, como al volver al camino que va hacia el hotel, nos habíamos detenido un momento en el dique, mi abuela y yo, para intercambiar unas palabras con la Sra.  de Villeparisis que nos anunció que nos había pedido croque-monsieur y huevos con nata en el hotel..."

Marcel Proust, À l’ombre des jeunes filles en fleurs



Sopa Bouillabaisse


La bullabesa (del francés bouillabaisse, y este del occitano provenzal boulh-abaisso o boulh-abais, de boulh ‘hervir’ y abaissa ‘bajar (el fuego)) se compone de una sopa de diversos pescados a veces servidos enteros. Es un plato francés tradicional de la provincia de Provenza y en particular de la ciudad de Marsella.

Este tipo de sopa fue creada probablemente por los jonios, oriundos de Focea (antigua ciudad de Asia Menor) que fundaron Marsella (Massalia) seis siglos antes de Cristo, o quizás por los Fenicios que se establecieron allí. Ya los Griegos y posteriormente los Romanos en el siglo II (Plinio el Viejo entre ellos, s. 23-79 d.C.) hacían sopas de pescado parecidas que fueron las antecesoras de la que hoy nos ocupa.

Existen numerosas versiones de bullabesa y un gran número de “inventores” que se apropian de su creación. No obstante, la realidad es que este tipo de sopa se ha elaborado desde tiempo inmemorial.

Repasemos brevemente la historiografía de esta sopa. 

Según la mitología, Venus, la infiel diosa romana del amor, habría reparado una sopa de pescado muy azafranada para su colérico esposo Vulcano (dios romano del fuego). Éste la devoró glotonamente quedando adormecido, dejando así a Venus libre para ir a coquetear con Marte, el dios de la guerra.

 También sería el plato que Perseo, héroe de la mitología griega (hijo de Zeus y de Danae) ofreció a los mendigos durante la revolución de los esclavos en la isla griega de Eraklos.

 La realidad es mucho más prosaica y el origen del plato sumamente modesto. Pues en sus comienzos se trataba de una especie de guiso que los pescadores del lugar improvisaban al regresar de la pesca con los pescados capturados menos apreciados del mercado, o los estropeados e invendibles,  que se preparaba cotidianamente en la barca varada en la misma playa para ellos y para sus familias. Los cocían en un caldero con agua de mar y algunas hortalizas que llevaban (cebollas, ajos, etc…) entre las que al principio obviamente no entró el tomate, hasta mucho más tarde, ni el azafrán por ser una especia cara.

La bullabesa llegó a París al comienzo dela Revolución Francesa, de la mano de tres cocineros provenzales que, en 1780, abrieron un sencillo restaurante al que llamaron “Les 3 Frères Provençaux”  en la calle Sainte Anne. La sopa (o el guiso, según se mire pues la habían enriquecido con langosta) tuvo un gran éxito.


Tapenade


El aperitivo más típico de Francia se llama Tapenade, una pasta de aceitunas negras, anchoas y aceite de oliva. En ocasiones, también se adereza con ajo y otras especias, e incluso con zumo de limón.

¿Cuáles son sus orígenes?

El nombre tapenade proviene de la palabra provenzal (occitano) tapeni o tapeno, que significa alcaparras, el segundo ingrediente principal de la tapenade.

Antes de ser refinada por los grandes chefs franceses como Alain Ducasse o Alain Passard, esta receta había sido utilizada durante siglos en la cocina popular.
Las primeras
alcaparras de Creta y Chipre se importaron a Provenza en el siglo IV a. por los foceanos.

La palabra alcaparra proviene del latín capparis. Se dice que esta palabra proviene del griego kapparis (κάππαρις). El origen podría hacer referencia a la isla de Chipre, Kypros (Κύπρος), donde las alcaparras crecen en abundancia.

En Provenza, y precisamente en Occitania, región cultural e histórica del suroeste de Europa, estos árboles se llamaban tapenei, y sus botones florales se llamaban tapeno, hoy comúnmente llamados alcaparras.

De estos botones nació la primera pasta de tapeno. Luego se mezclaba con ajo, hierbas de la garriga y se conservaba en aceite de oliva virgen extra. Esta receta se convirtió entonces en el condimento básico de las cocinas provenzales y lo ha sido durante muchos siglos.

Es sólo en 1880, en la ciudad de Marsella, que nació la tapenade tradicional. Meynier, chef del restaurante La Maison Dorée en Marsella, agregó aceitunas negras, atún marinado y varias hierbas a este condimento a base de alcaparras para adornar mitades de huevos duros y llamó a esta creación tapenade. La composición de esta receta evolucionó gradualmente y finalmente se eliminó el atún.


Pot au feu


El pot-au-feu es un plato tradicional y típico de la cocina francesa, compuesto de carne de buey que se cuece en un caldo aromatizado por hortalizas y un bouquet garni.

La receta que da Jules Gouffé en su libro El libro de cocina (1867) tiene carne y huesos de buey, una cebolla con un clavo de olor, zanahorias, puerros, nabos, chirivías y apio.  La receta que da Chef Simon en el siglo XXI para un pot-au-feu tradicional, incluye cuatro cortes distintos de carne de buey, hueso de caña, zanahorias, puerros, nabos, cebolla con un clavo de olor, ajo, pimienta, tomillo y laurel.

Cocer alimentos en una olla de barro constituye uno de los principios básicos de la historia culinaria universal. Inicialmente la palabra pot-au-feu designaba la olla o pote (pot) que se ponía en la lumbre (feu), y en la que se cocían juntos diversos ingredientes en un líquido durante horas. El nombre del recipiente pasó a ser un término genérico para su contenido más común: las sopas y potajes a base de carnes y hortalizas. A la misma familia pertenecen las potées francesas aunque en la mayoría de éstas el caldo se consume durante la cocción, a diferencia del pot-au-feu.

Es un plato de tradición rústica:


«Quand elle s'asseyait, pour dîner, devant la table ronde couverte d'une nappe de trois jours, en face de son mari qui découvrait la soupière en déclarant d'un air enchanté: «Ah! le bon pot-au-feu! je ne sais rien de meilleur que cela, elle songeait aux dîners fins, aux argenteries reluisantes, aux tapisseries peuplant les murailles de personnages anciens et d'oiseaux étranges au milieu d'une forêt de féerie; elle songeait aux plats exquis servis en des vaisselles merveilleuses, aux galanteries chuchotées et écoutées avec un sourire de sphinx, tout en mangeant la chair rose d'une truite ou des ailes de gélinotte
».

 "Cuando se sentaba para cenar, delante de la mesa redonda cubierta con un mantel de tres días, en frente de su marido que descubría la sopera declarando con aire encantado: "¡Ah! ¡Un buen pot-au-feu! No conozco nada mejor", pensaba en las cenas finas, en los cubiertos de plata relucientes, en las tapicerías pobladas de personajes antiguos y pájaros extraños en medio de un bosque encantado; pensaba en los platos exquisitos servidos en vajillas maravillosas, en las galanterías susurradas y escuchadas con una sonrisa de esfinge, comiendo al mismo tiempo la carne rosada de una trucha o de las alas de ganso."(Maupassant, La parure, 1884).

 

Ostras


En el año 1295, cuando Marco Polo, que conocía las ostras del Eo a través de los relatos del historiador Plinio, regresó de su viaje a China, comentó que en aquel lejano país existía una ciencia llamada acuicultura, mediante la cual se podían conseguir grandes cantidades del preciado bivalvo.

El escritor satírico irlandés Jonathan Swift dijo que «el primer hombre que se atrevió a comer una ostra fue valiente» y ello no es de extrañar ya que las ostras figuran entre los alimentos exóticos de pocas culturas pero aún así, Francia es uno de los máximos consumidores y productores de ostras del mundo. De hecho dos de los lugares del orbe donde más se comen estos moluscos son: París, la reina de estos bivalvos, y Bretaña.

Se recogía en la costa y era enviada hasta Roma, donde era muy apreciada. La ostra llevaba el nombre de « calliblepharis », literalmente «párpados bellos», por los romanos debido a los bordes de su abrigo. A pesar de los conocimientos romanos en materia de ostricultura, la ostra plana no se cultivaba en Francia en aquella época. Se conservan escritos que certifican la explotación de yacimientos naturales de ostras planas durante la Edad Media y hasta el Renacimiento.

 En el siglo XVII es cuando se desarrolla un primer cultivo de ostras en los depósitos de las salinas de la costa atlántica, y posteriormente en las piscinas construidas especialmente en la región de Marennes-Oléron. El método consistía en recoger los embriones de ostras en las rocas o dragando yacimientos naturales para posteriormente criarlos en las piscinas.

 En el siglo XVIII, la sal pierde su función principal como moneda de cambio que había adquirido en la Edad Meda. Esta pérdida de la importancia social y comercial de la sal conlleva la desaparición de su producción, lo cual conduce a la liberación de numerosas zonas de salinas. La costa del Atlántico, especialmente afectada por esta decisión, dispone ahora de decenas de miles de hectáreas de marismas. La conchilicultura, y más en particular, la ostricultura, se desarrollarán por medio de las diferentes marismas que no serían abandonadas. La ostricultura experimenta sin embargo una fuerte dependencia de los embriones recogidos en el mar sobre las rocas o mediante drenaje. Los yacimientos naturales son sobreexplotados de este modo y se agotan. En los años 1850, todos los yacimientos franceses se ven más o menos afectados por prohibiciones de explotación.

Así nacería la ostricultura moderna. Para eludir el descenso de los rendimientos de la pesca de embriones de ostras planas y las prohibiciones de explotación, aparece la idea de sumergir postes de madera para captar los embriones: nace la captación con colector.

Golpeada por unas mortalidades masivas en los años 1920, la ostra plana desaparece casi totalmente. Inicialmente localizada en el suroeste.

La introducción de la ostra hueca japonesa (Crassostrea Gigas)(en la imagen), originaria del pacífico, como consecuencia de esta epidemia, permitió la reanudación de la cría de ostras huecas en Francia. Esta especie es hoy la especie de ostra más cultivada en Francia y en todo el mundo.


Cuisses de grenouilles


Como Alexandre Dumas (père) lo señala en su Grand dictionnaire de cuisine « Bien des médecins du Moyen Âge se sont opposés à ce qu'on mangeât cette viande qui cependant est blanche et délicate et contient un principe gélatineux plus fluide et moins nourrissant que celui des autres viandes. » Cependant il relève qu'« Au XVIe siècle pourtant, les grenouilles étaient servies sur les meilleures tables, et Champier se plaignit de ce goût qu'il regarda comme bizarre, et il y a un siècle à peu près qu'un Auvergnat, nommé Simon, fit une fortune considérable avec les grenouilles qu'on lui envoyait de son pays, qu'il engraissait et qu'il vendait ensuite aux premières maisons de Paris où cet aliment était fort à la mode. »


« En Italie et en Allemagne on fait une grande consommation de ces batraciens et les marchés en sont couverts, et les Anglais qui en ont horreur et qui, pour cela sans doute, faisaient il y a environ soixante ans des caricatures représentant des Français mangeant des grenouilles ...
 ».

"Muchos médicos de la Edad Media se oponían a comer esta carne que, sin embargo, es blanca y delicada y contiene un principio gelatinoso más fluido y menos nutritivo que el de otras carnes". Sin embargo, señala que "En el siglo XVI, sin embargo, las ranas se servían en las mejores mesas, y Champier se quejaba de este sabor que consideraba extraño, y hace aproximadamente un siglo que un auvernés, llamado Simón, hizo una fortuna considerable con las ranas que le enviaban desde su país, que engordaba y luego vendía a las primeras casas de París donde esta comida estaba muy de moda".

"En Italia y Alemania hay un gran consumo de estos anfibios y los mercados están cubiertos de ellos, y los ingleses que los aborrecen y que, por esto sin duda, hicieron hace unos sesenta años caricaturas que representaban a franceses comiendo ranas ... ».

Aunque ha sufrido variaciones desde su origen, la preparación más común es cocinarlas en mantequilla, ajo y perejil, aunque también puede encontrarse en sopa. 


Aligot


Aligot es un plato rico y cremoso de Francia, hecho principalmente de puré de patatas y queso.  El aligot es una especialidad gastronómica originaria del macizo de Aubrac en Francia. La palabra aligot viene de «aliquid», que a su vez deriva de la voz latina «liquod» que significa «alguna cosa».

¿Cuál es la historia de aligot?

Grégoire de Tours afirma que el plato fue el resultado de los ingredientes traídos por tres arzobispos para una comida común al sínodo de Aubrac en el siglo VI.

Según Grégoire, los obispos trajeron cada uno una especialidad local. Queso de Rouergue, pan de Haut Pays d'Auvergne y nata de Gévaudan. Combinaron estos tres ingredientes para hacer el primer aligot.

En el siglo XIII, se erigió un monumento para conmemorar el sínodo, “la croix des trois évêques” (la cruz de los tres obispos) en el cruce de las diócesis de los tres obispos, ahora los departamentos de Aveyron, Cantal y Lozère.

Durante siglos, el aligot se hizo con pan hasta que las malas cosechas de trigo durante el siglo XIX obligaron a sustituir el pan por patatas.

Entre la crisis agrícola europea y la expansión del ferrocarril, el aligot llegó a otras partes de Francia a fines del siglo XIX, luego de la migración masiva de los Auvergnats rurales (llamados "bougnats" en París).

¿Qué son las patatas con almidón(o harinosas)?

Russet es el tipo más común. Por lo general, se consideran los mejores para hacer puré, asar, freír y hornear.

¿Cuál es la diferencia entre papas almidonadas y cerosas?

Como sugiere su nombre, las patatas con almidón tienen un alto contenido de almidón, mientras que el bajo contenido de almidón de las patatas cerosas las hace más adecuadas para platos en los que las patatas deben conservar su forma, como en una ensalada.

Para saber fácilmente si tiene almidón o cera sin abrirla, basta con colocarla en un recipiente con agua. En términos generales, los harinosos se hundirán, mientras que los cerosos flotarán.

La capital en particular, vio una gran afluencia de Auvergnats, quienes, además de sus habilidades laborales, trajeron sus comidas tradicionales con ellos. Estos incluían aligot, que a principios del siglo XX había comenzado a aparecer en los menús de los restaurantes administrados por Auvergnat en la ciudad.

Aligot todavía se hace a mano en grandes sartenes en los hogares y mercados callejeros de Aubrac.


Blanquette de veau


Blanquette de veau (blanquette de ternera) es un estofado de ternera que definitivamente forma parte del patrimonio culinario francés.

Según una encuesta realizada en 2006, esta receta del repertorio clásico francés fue votada como el plato francés favorito de los franceses. La receta de la blanquette también se adelantó a otros clásicos como el boeuf bourguignon, el pot-au-feu, el conejo a la mostaza o el coq au vin.

¿Cuál es el origen de la blanquette de veau?

Como muchas recetas tradicionales antiguas, el origen de esta receta de ternera en salsa de nata no está muy claro. Algunos historiadores creen que la blanquette sería la evolución de una receta clásica de la Edad Media llamada brouet de poulet.

Otras versiones atribuyen la paternidad de la blanquette a Vincent La Chapelle (1690-1746), cocinero francés que fue chef de Lord Chesterfield en Inglaterra y luego del Príncipe de Orange-Nassau, antes de convertirse en chef de Madame de Pompadour y finalmente de Louis XV.

En 1733, publicó la receta de blanquette de veau en la primera edición de “The Modern Cook” en dos volúmenes en inglés. La última edición, en 5 volúmenes, se publicó en 1742.

En “Les Dons de Comus ou L'art de la cooking” (1739), Francois Marin, chef de la duquesa de Gesvres antes de trabajar para el príncipe Carlos de Soubise, como mayordomo, publicó una multitud de recetas clásicas, incluida la blanquette de veau y boeuf miroton.

En 1752, el suplemento del Dictionnaire de Trévoux mencionaba que “la blanquette es un plato muy común entre los burgueses cuando están sólo con la familia”. En aquella época, la blanquette de veau era un plato preparado para aprovechar los restos de carne, a menudo asados, y que por tanto no se servía a invitados.

Sólo a finales del siglo XIX se democratizó verdaderamente la blanquette. Una de las primeras recetas a base de carne de ternera cruda, cocida en caldo, fue publicada en 1867 en el “Libro de Cocina Real” por Jules Gouffé, chef del Jockey Club. Esta receta es muy similar a la receta tal como la conocemos hoy y que se sirve en los restaurantes franceses de todo  el mundo.

 Jean Gabin en la
película El comisario
 Maigret dirigida por
Jean Delannoy en 1958).

En la literatura francesa, dos conocidos detectives de la policía francesa, Maigret y San Antonio, de Georges Simenon y Frédéric Dard, respectivamente, sienten debilidad por este gran clásico.

                            


Foie gras


El foie gras es uno de los platos más famosos de la cocina francesa.

¿De dónde viene el foie gras ?

El foie gras es muy popular en Alsacia y en el suroeste de Francia , dos regiones que reclaman su paternidad. Las regiones de Midi-Pyrénées y Périgord son también dos regiones que cuentan con la certificación IGP (Indicación Geográfica Protegida) desde el año 2000. El foie gras de pato del suroeste de Francia también posee la Label Rouge (etiqueta roja) , una alta distinción de calidad.

¿Qué es el foie gras?

La cocina francesa define el foie gras como hígado de pato o hígado de ganso, engordado por sonda o alimentación forzada. Francia es el mayor productor de foie gras del mundo, con una media de 20.000 toneladas producidas cada año (alrededor del 80% del mercado mundial). Le siguen Hungría y Bulgaria.

¿Cuál es el origen del foie gras?

Es cierto que Francia es hoy el epicentro de la producción de foie gras, pero este manjar tiene orígenes muy antiguos que se remontan a los egipcios (alrededor del 2500 a. C.).

Un fresco de una tumba egipcia en la necrópolis de Saqqarah muestra a un esclavo alimentando a la fuerza con higos a un ganso, un testimonio de esta antigua práctica.

Se estima que la alimentación forzada de gansos y patos ses una actividad que comenzó en Egito hace unos 4000 a 5000 años


Los anátidos (cisnes, gansos, patos) son aves migratorias que recorren distancias muy largas, desde el norte de Europa hasta el sur de África . Tienen la capacidad de retener una gran cantidad de comida en su esófago elástico y, antes de despegar, para almacenar calorías, se alimentan a la fuerza, de forma bastante natural.

Los egipcios notaron que estas hermosas aves que volaban sobre el valle del Nilo en el otoño eran particularmente gorditas. Comenzaron a perseguirlos, luego a criarlos y a alimentarlos artificialmente con higos y algunos cereales.

Los egipcios, luego, más tarde, los griegos y los romanos se dedicaron a la práctica de engordar gansos y patos.

Durante la Edad Media, los hígados de pato y oca desaparecieron de las mesas europeas, sustituidos por otros animales como ovejas o cerdos con los que se preparaban empanadas, pero los esclavos judíos continuaron manteniendo viva la tradición del gavage que les transmitieron los romanos durante la Colonización romana de Judea.

Después de la caída del Imperio Romano, la tradición del foie gras se desarrolló en Europa Central bajo la influencia de los judíos.

Pero ¿por qué los judíos? 

Porque les estaba prohibida la mezcla de mantequilla (lácteos) con carne. El aceite de oliva tampoco era fácil de encontrar en Europa Central, por lo que los judíos usaban grasa de ganso para cocinar.

La técnica de la alimentación forzada se estableció en otros lugares donde se asentaron los judíos, incluidos Alsacia, Hungría , Rumania y Bulgaria , todas regiones que producen foie gras en la actualidad.

Hacia fines del siglo XV, Cristóbal Colón trajo de América un cereal que entonces era desconocido: el maíz. Gavage inmediatamente experimentó un nuevo aumento con el maíz en lugar de los higos. Ya en el siglo XVI, los judíos alsacianos compusieron recetas de foie gras con una docena de especias y hierbas como el cilantro, la nuez moscada y el clavo. Tradición perpetuada hasta nuestros días ya que los alsacianos están acostumbrados a comer foie gras con pan de jengibre.

El foie gras alcanzó el pináculo de su celebridad gracias a Luis XVI ya la receta de paté del famoso chef Jean Pierre Clause, una receta que simplemente encantó. Luego, grandes escritores como George Sand y Alexandre Dumas, e incluso músicos, como el famoso compositor italiano Gioacchino Rossini y su famoso tournedos Rossini.


De hecho, la receta del famoso “tournedos Rossini” se la debemos al célebre compositor, cuya glotonería era legendaria. ¿Sabían que Rossini era carnicero? Probablemente en este papel desarrolló su gusto por la buena mesa. Creó esta receta y le pidió al chef de “Café Anglais” , uno de los mejores restaurantes parisinos de la época, que la preparara. A tanta gente le encantó que decidieron incluir esta receta en el menú del restaurante.

Una leyenda dice que el mayordomo del Café Anglais estaba tan asustado de hacer este plato en el acto, que lo preparó, no bajo la supervisión de Rossini, sino dándole la espalda. De ahí el nombre… “tournedos” en francés significa “volver atrás”… ¡pero esto es solo una leyenda!

¡Tantas historias hermosas a lo largo de los siglos y de las culturas son las de este alimento excepcional, que la ley francesa lo clasificó como parte del patrimonio cultural y gastronómico de Francia !


Baguette


La baguette francesa es uno de los panes más emblemáticos y famosos del mundo.

Una baguette es una barra de pan larga y delgada con una corteza crujiente que se agrieta cuando la aprietas. Tiene un diámetro de unos 5 centímetros y una longitud habitual de unos 65 centímetros

¿Cuál es el origen de la baguette?

La palabra baguette no se usó para referirse a este pan hasta 1920. La palabra, que tiene su origen en el italiano bacchetta , significa “varita” o “bastón”.

Un cambio en la tecnología fue en parte responsable de la introducción del icónico pan francés. En la década de 1920, la mayoría de las panaderías francesas estaban equipadas con hornos de vapor que se necesitaban para caramelizar el almidón en la superficie del pan y darle una fina corteza dorada.

El vapor permite que la corteza se expanda antes de que fragüe. Crea un pan más ligero y aireado. También derrite la dextrosa en la superficie del pan, lo que le da un efecto ligeramente glaseado.

El primer horno de vapor fue traído a París a principios del siglo XIX por el oficial austriaco August Zang, quien también introdujo el pan vienés ( pain viennois ) y el croissant.

La Primera Guerra Mundial creó una escasez de mano de obra y los panes tradicionales que se preparaban con masa madre se volvieron demasiado laboriosos para muchas panaderías. Pero es una nueva ley que entró en vigor en octubre de 1920 la que contribuyó al éxito del popular pan francés.

De hecho, esta nueva ley impedía que los panaderos trabajaran antes de las 4 am. Esto significaba que no tenían tiempo para hornear el pan tradicional a tiempo para el desayuno y recurrieron a la baguette, que era más rápida de preparar.

Por lo tanto, el éxito comercial de la baguette realmente comenzó hace aproximadamente un siglo. Hoy, más de 10 mil millones de baguettes se producen cada año en Francia . Esto significa 320 panes franceses por segundo, o 150 por persona por año.

Hay que retroceder un poco más en el tiempo para conocer la historia completa del pan en Francia.

En las primeras etapas de la Revolución Francesa, el aumento de los precios del pan era una gran preocupación. En 1788 y 1789, la especulación en la industria de los cereales combinada con las condiciones climáticas adversas provocó una grave escasez de pan en toda Francia.

Los precios aumentaron dramáticamente. Las clases pobres y campesinas fueron las más afectadas. Mientras que los más ricos disponían de abundante pan fino elaborado con harina blanca, los pobres subsistían con un producto inferior elaborado con granos de salvado mal molidos.

Hasta entonces, los campesinos franceses solían comer pan elaborado con trigo, centeno o trigo sarraceno. Pero los panaderos a menudo agregaban todo tipo de rellenos para reducir su costo: se usaban aserrín, heno, tierra e incluso estiércol. En ese momento, la mayor parte de la dieta de un campesino provenía del pan. Podían comer tanto como dos o tres libras de pan al día.

En 1793, una vez restablecida la calma, la asamblea constituyente autorizó a los panaderos a hacer un solo tipo de pan llamado “pan de igualdad” ( pain d'égalité ).

El 26 de noviembre de 1793, el Consejo General trazó instrucciones más específicas para este pan de igualdad:

Los panaderos sólo cocinarán un tipo de pan.
La calidad de este pan será la que resulte de una mezcla de tres cuartos de trigo y un cuarto de centeno.
Los panaderos cocinarán panes de 8 libras, de 4 libras y de una libra; no se les permitirá utilizar otras divisiones.
El precio del pan de igualdad se fija de la siguiente manera:
El pan de 8 libras, 1 libra.
El pan de 4 libras, 10 soles, 6 deniers
El pan de una libra, 3 soles.

Los panes largos y delgados comenzaron a popularizarse antes de la Revolución a mediados del siglo XVIII. Pero se habían hecho hogazas de pan largas y más anchas desde la época de Luis XIV durante el siglo XVII.

Con el fin de proteger a los panaderos y el proceso tradicional de elaboración del pan, el pan francés finalmente ha sido regulado recientemente. El Decreto del pan de 1993 ahora exige que el pan francés se haga en las mismas instalaciones donde se vende, nunca se puede congelar y debe contener sólo harina, agua, levadura y sal.


¿Cuáles son las tradiciones asociadas con el pan icónico francés?

Hay algunas tradiciones asociadas con la baguette en Francia.

Como parte del desayuno continental tradicional, las rebanadas de pan francés se untan con mantequilla y mermelada y se sumergen en tazones de café o chocolate caliente. Los franceses las llaman tartines.

Además, puede pedirle a su panadero una baguette bien cuite (bien cocida y crujiente) o pas trop cuite (poco cocida y blanda).

Es común que la gente coma el quignon (talón del pan) de camino a casa desde la boulangerie (panadería).

Todas las traducciones de este post son obra de nuestro Chef  principal Kuroneko

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