Música clásica y algo de Navidad
Este post nace con la intención de sugerir pautas de escucha con
las que poder seguir y disfrutar la música clásica. Este
blog ha seleccionado algunas de las que consideraba más importantes e indicadas para los
estudiantes de infantil y primaria y, para hacerlas más amenas, las ha agrupado
en entretenidas secciones:
1.- Empezaremos con una de las obras de música clásica escrita para niños más conocida:
- Pedro,
el joven protagonista de la historia va a ser interpretado por los
instrumentos de cuerda y el tema con el que aparece representado es
un tema melódico rítmico de «ingenua vivacidad» como es el carácter del
propio niño.
- El
pájaro, como no podía ser de otra manera será la flauta.
- El pato,
es representado por el oboe y el tema refleja perfectamente
la cobardía del personaje.
- El
abuelo, tierno pero gruñón es el fagot y así es el tema.
- El gato,
el clarinete haciendo de tramposo.
- El
lobo está representado por tres trompas que desde el
fondo de la orquesta nos gruñén.
- Los
timbales y el bombo nos anticipan a los cazadores, bastante
cobardes por cierto o, al menos, bastante menos valerosos que el intrépido
Pedro.
Ésta
es una obra que podría recomendarse también para escucharla en Navidad, ya que no hay Navidad que se precie sin una versión
de “El Cascanueces “ . Oiremos en este
post una compilación realizada por nuestro blog de seis de los ocho números de la Suite
El cascanueces op. 71a que el propio Tchaikovski concibió
antes incluso de estrenar el ballet de la adaptación de Disney . En
este caso Disney decidió no contarnos la historia adaptada del
cuento El Cascanueces
y el rey de los ratones de E.T.A Hoffmann en
el que está basado el argumento del ballet sino convertirlo en una
fiesta de hadas y flores en la que se representan las estaciones
del año
Pero antes, una pequeña introducción para conocer sucintamente el maravilloso mundo mágico de esta obra
El libreto del Cascanueces está realizado a partir de la adaptación que hizo Alejandro Dumas padre, de un cuento de Hoffmann titulado Cascanueces y el rey de los ratones, cuya historia se desarrolla en Alemania, en la Navidad de 1850 aproximadamente, en la casa del juez Stahlbaum. Allí mientras Clara y Fritz, los hijos del matrimonio, estaban abriendo regalos aparece el viejo Drosselmayer -mago y padrino de Clara- con su sobrino y tres grandes cajas para su ahijada, en las que al abrirlas encuentra un Arlequín, una Colombina y un gran Cascanueces con forma de soldadito de madera, que sirve de pretexto para vivir un sinfín de aventuras fantásticas, con batallas de ratones y soldaditos de jengibre, cascanueces transformado en príncipe y viaje al reino del azúcar incluidos, en los dos actos en los que está estructurado el ballet.
La música que Tchaikovsky creó para este ballet fue -con unas indicaciones bastantes precisas por parte de los libretistas quienes dejaron detallado el tempo que debía tener la música e incluso la longitud de compases- concebida como pequeñas miniaturas, pequeños números independientes, dedicados a los númerosos personajes que van apareciendo en la historia y que nos trasladan a un mundo infantil, a un mundo mágico donde todo es ilusión e inocencia, a un mundo de cuento de hadas. Pero antes de ponernos con la música unos pocos datos más.
Tchaikovsky logra esta peculiar sonoridad de muchas maneras pero una que debe ser destacada es el empleo que hace de un instrumento que hasta ese momento pasaba absolutamente desapercibido en la Orquesta Sinfónica: la celesta.
Aunque no es el único momento en el que lo utiliza, el más notable es en la Danza del Hada de Azúcar y la primera vez que la escuchamos es en el min 0’20. Los que le acompañan con sus grotescas apariciones son el clarinete y el clarinete bajo.
Pero
para poder buscar algo primero tendremos que escuchar. La pieza elegida es la Danza
china de este Cascanueces de Tchaikovsky y
la versión la de Disney.
Lo
primero que este blog haría sería volver a
escuchar la música, pero en esta segunda vuelta no la Danza China completa,
únicamente los primeros 0’04 min. No mostrar ni un segundo más es importante
porque nada debe distraer la concentración, no hay que escuchar
otras voces, hay que concentrarse únicamente en el fagot.
Una vez reconocido toca seguir el hilo, toca escuchar toda la pieza pero intentando concentrarnos en esa voz, en la voz del fagot. No nos importa lo que hacen los demás instrumentos, en este momento nos importa lo que hace el fagot.
Y ahora, vamos con los seis números seleccionados por nuestro blog:
Dejemos volar la imaginación y
disfrutemos con este precioso sueño de hadas, elfos, hongos, flores, peces… que
, según Disney, evoca la música de ensueño compuesta a modo de
pequeñas miniaturas por Tchaikovski.
DANZA DEL AZÚCAR
DANZA RUSA
DANZA ÁRABE
DANZA CHINA
DANZA DE LAS FLAUTAS
VALS DE LAS FLORES
3.-Este post se despide con:
La pequeña cerillera de Disney.
Otra obra que tiene el marco perfecto
para acompañar una Navidad.
La pequeña cerillera de Hans
Christian Andersen fue publicado por
primera vez en 1846. Disney produjo
esta joyita que os trae este blog y que dirigió Roger
Allers con algunas diferencias respecto a la
original como un menor énfasis en la crueldad del padre al comienzo de la
película o en la muerte de la abuela así como la ubicación geográfica que de
Dinamarca la trasladan a Rusia.
La cerillera (La niña de los
fósforos). Un cuento de Hans Christian Andersen. Vídeo de Disney con música del
tercer movimiento (Nocturno) de El Cuarteto de cuerda n.º 2 en Re Mayor de
Alexander Borodin.
<<¡Qué frío tan atroz! Caía la
nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío
y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.